Genealogía Coloma de Almansa. Siglo XIX. Francisco Coloma Colomer e Isabel Saiz Giorgeta

Genealogía Coloma de Almansa. 

(Siglo XIX). 

Francisco Coloma Colomer e Isabel Saiz Giorgeta 





















































ANCESTROS COLOMA EN LA ALMANSA DECIMONÓNICA (Francisco Coloma Colomer e Isabel Saiz Giorgeta)

 ANCESTROS COLOMA DE ALMANSA EN LA ESPAÑA DECIMONÓNICA.

Francisco Coloma Colomer e Isabel Saiz Giorgeta.

ÍNDICE.

I.-MAURO COLOMA Y FRANCISCA MARÍA GALIANA.

II. FRANCISCO COLOMA GALIANA Y ANA MARÍA FRANCISCA GIL Y GIL.

III. ANTONIO COLOMA GIL Y ANTONIA SÁEZ SÁNCHEZ.

IV. FRANCISCO COLOMA SÁEZ Y BELÉN MARTÍNEZ PARRA.

V. EPÍLOGO. LA FÁBRICA.

FUENTES.


I.- MAURO COLOMA FRANCISCA MARÍA GALIANA

Los datos más remotos de que disponemos sobre el origen de “los Coloma de Almansa”, nos sitúan, aproximadamente, a mediados del siglo XVIII.

Este siglo había comenzado con la Guerra de Sucesión Española, en la que la batalla de Almansa jugó un lugar decisivo en la historia, pues supuso la derrota de los austracistas y, prácticamente, el final del conflicto, dando paso a la dinastía borbónica en el trono español.

 Estos primeros ancestros son: Mauro Coloma, oriundo de Alicante, nacido alrededor del año 1750 y su esposa Francisca María Galiana, originaria de Gandía (Valencia).

Sabemos, por los certificados de bautismo de sus nietos que, Francisca María Galiana, debió de trasladarse, con su familia, desde la Gandía natal hasta Yecla (Murcia) y Villena (Alicante), ambas ciudades limítrofes. Establecida en alguno de estos lugares, sería donde debió de conocer al alicantino Mauro Coloma, con el que casó y se trasladó, definitivamente, a Almansa.

Contexto histórico.
El comienzo de la saga Coloma, que vamos a narrar, coincide con la llegada al trono de España, en 1746, de Fernando VI (hijo de Felipe V). Con su reinado comenzó la Ilustración Española, que se consolidará durante el gobierno de su hermanastro Carlos III, a partir de 1759.

Suponemos que Mauro Coloma ya sería artesano curtidor y acudiría a esta ciudad informado, por algún pariente o amigo, de las posibilidades de negocio.
La industria del calzado y cuero en La Mancha, por aquel entonces, se reducía a actividades artesanales en tenerías y en pequeños obradores, con el objetivo de poder satisfacer las necesidades de la propia población y poco más.
En el Archivo Municipal de Almansa consta, Mauro Coloma, como curtidor de pieles para zapateros.

La cita del Archivo es la siguiente:
-Feria celebrada en el año 1775.
-Mauro Coloma, curtidor de pieles.
“Curte pieles Mauro Coloma para los zapateros”.

Es decir, el bisabuelo de Francisco Coloma Sáez, fue el primer ancestro Coloma que tuvo relación con el calzado en Almansa.

Contexto Histórico.
Coincide esta época con el fervor revolucionario francés, que provocó, en nuestro temeroso rey Carlos IV, un fulminante giro conservador.

Establecidos Mauro y Francisca en Almansa, nacieron sus, al menos, cuatro hijos: tres varones Antonio Coloma Galiana (c. 1775), Mauro Coloma Galiana (c. 1777) y Francisco Coloma Galiana (c. 1780) y una mujer, Josefa Coloma Galiana (c. 1782).
Los dos hijos mayores no nacieron en Almansa, Mauro confirmado y Antonio más que probable, a pesar de que sus padres ya se habían establecido en esta ciudad. Era muy frecuente, en la época, que las madres gestantes se trasladasen al lugar de residencia de sus familiares, para sentirse más arropadas al dar a luz.
Al menos, sabemos cierto que Mauro Coloma Galiana nació en Yecla.
Por su parte, Josefa es más que probable oriunda de Almansa.

Reliquias en la veleta.
Como curiosidad local, referimos una efeméride acaecida en Almansa a finales de este siglo XVIII; pues, disponemos de un manuscrito, hallado en el Archivo Municipal, en el que, el cura de la iglesia de Santa María, comunica la finalización de una de las torres de dicha iglesia (de las dos proyectadas, la segunda nunca se construyó por falta de presupuesto) y describe la colocación de una veleta con una serie de reliquias sagradas, con el fin de que ayuden a evitar los estragos del mal tiempo sobre las cosechas.
-Manuscrito del cura D. Francisco Romero Navarro, fechado el 20 de agosto de 1782.
-Transcripción literal.
-Archivo Municipal (Tomo 19, folio 224).
-Rescatado por Belén Cuenca Delgado. Historiadora del Arte. 8ª generación de Mauro Coloma.
-Texto corregido con la ortografía vigente.
En la ciudad de Almansa, hoy veinte de agosto, día de san Bernardo Abad, en la torre que se ha concluido que mira a la ermita de San José, una de las dos de la Parroquial de Santa María de la Asunción, siendo mayordomo fabriquero de ella D. Domingo Marín de las Marinas Pbrô, se puso y colocó la veleta, en cuyo centro y medio de la cruz, se colocó un relicario forrado de hojalata que se soldó para su seguridad y contiene: dos ligna crucis, una pasta de Agnus, una medalla de san Cristóbal, otra de santa Bárbara, una estampa de nuestro padre san Francisco, estampa y reliquia del san Camilo, y otras varias reliquias de diversos santos, todo para defensa de las malas nubes y tempestades y para la veneración de los fieles.
Y para que en todo tiempo conste: 
Certifico, anoto y firmo en la citada ciudad de Almansa, día, mes y año de mil setecientos ochenta y dos.
D. Francisco Romero Navarro.

II.- FRANCISCO COLOMA GALIANA Y ANA MARÍA FRANCISCA GIL Y GIL


FRANCISCO COLOMA GALIANA (c. 1780 - ?).
Hijo de Mauro Coloma y Francisca María Galiana.
Nació en Almansa (Albacete) alrededor del año 1780. 
Podemos considerarlo como el pionero de la saga originaria de esta ciudad.
Carecemos de datos sobre su persona y actividades; pero, con los aportes de las Actas Municipales y contexto histórico, podemos hacernos una idea, al menos, del ambiente en que se desarrolló su existencia en Almansa.
Por ejemplo, aproximadamente cuando tenía 20 años, seguro que vivió Francisco, con estupor, la horrible epidemia de tercianas que sufrió la población (1802-1803), con una mortandad, tan elevada, que repercutió en la práctica ausencia de jóvenes, de esta generación, para cumplir el servicio militar 16 años después (A.M. 4-VI-1818).

Contexto Histórico.
El siglo XIX español comenzó con el desastre de su flota en Trafalgar (1805), consecuencia de los tratados entre Carlos IV y Napoleón.
Paradójicamente, tres años después, se encontraba la familia real española confinada en Bayona y las tropas bonapartistas en suelo patrio.
La aparición, en España, del germen liberal coincidió con el inicio de la Guerra de Independencia (1808).
Este espíritu progresista duró poco; pues, el engaño de Fernando VII fue flagrante y, el absolutismo dominó en España, casi sin interrupción, hasta su muerte en 1833.

Saqueo de Almansa por las tropas francesas.
En 1808, Francisco Coloma Galiana tendría unos 28 años.
Francisco vivió, en primera línea, el devastador y humillante saqueo que realizaron, en Almansa, las tropas francesas al mando del general Moncey, el día 3 de julio de 1808.
Disponemos de la copia de un manuscrito realizado, tres días después de los hechos, por el cura de la iglesia de Santa María, en el que se detallan los estragos producidos en el pueblo.

Manuscrito del cura D. Lázaro Romero, fechado el 6 de julio de 1808.
Transcripción literal.
Archivo Municipal (Tomo 25, folio 234 y 235).
Rescatado por Belén Cuenca Delgado. Historiadora del Arte. 8ª generación de Mauro Coloma.
Texto corregido con la ortografía vigente.
Día 3 de Julio de 1808.
Entre las siete y las ocho de la mañana del domingo, entraron los franceses en esta ciudad, rechazados de la ciudad de Valencia, con su general Moncey. Saquearon toda la población, iglesias y ermitas. 
Lleváronse cuanto en ellas se encontraron. 
De la Iglesia Mayor se llevaron: la Cruz Parroquial, su peso media arroba de plata de primorosa hechura, los ciriales de plata, un Incensario, dos cetros, un hisopo, unas vinajeras de plata con su plato, una campanilla, cinco cálices, un copón grande, una cajuela primorosa, dos coponcitos para llevar el viatico a los enfermos, y otras muchas cosas.
Arrojaron las Sagradas Formas en la Capilla de la Comunión, las que yo recogí el día siguiente, entre las ocho y las nueve de la mañana, las coloqué en un coponcito que las llevé a las monjas Agustinas de esta ciudad, y sumé al día siguiente (día 5 de julio, entre las cinco y las seis de la mañana), las formas que recogí del suelo que fueron treinta y nueve y otras varias partículas, todas pisadas, las Sagradas Imágenes tiradas y todas las ropas rasgadas y tiradas, armarios y cajones todos hechos pedazos. La Virgen SS.ma de Belén, que a la sazón estaba en otra Iglesia de rogativa, estaba con todas las alhajas de plata, oro, y brillantes; y, aunque los perversos subieron al trono, ¿qué verían en esta Soberana Señora que no le quitaron más que el cetro que tenía en la mano, habiendo tanto en que cebar sus sacrílegas manos, y saciar su ambición?
Bendito sea el Señor que ha querido sufrir ultrajes y guardar a su Santísima Madre y Patrona nuestra para gloria y consuelo de los hijos de Almansa. Preservó el Misericordioso Dios de esos sacrílegos la ermita Santuario de la Soberana Señora y su Congregación de Sacerdotes.
Tampoco entraron en la ermita del Patriarca san José.
El Convento de las monjas Agustinas descalzas lo guardó por un efecto de su misericordia; pues, habiendo echado la puerta al suelo, las esposas del Señor les suplicaron, con la mayor ternura, que no les hicieran daño y dispuso, S. M. Santísima, que los mismos lobos se constituyeran sumisos de aquellos ángeles y no se apartaron de la portería tres de ellos hasta que marcharon todos. Oyó el Señor las fervorosas suplicas de sus amadas esposas y las consoló guardándolas, y valiéndose para ello de los mismos perversos.
Todo el pueblo fue saqueado, haciendo pedazos las puertas y ventanas. Todos los vecinos abandonaron sus casas, haciendas y pueblo, yéndose al abrigo de los montes con la mayor precipitación y desconsuelo.
Así estuvo Almansa el día 3 de julio de 1808.
Con el día por la mañana se fueron, tomando el Camino de Madrid.
No permita el Señor que volvamos a vernos en igual conflicto.
Los que, cuando entraron se fueron huyendo, los mataron los franceses y no quedó maldad que no ejecutaron.
Cuando los vecinos empezaron a venir al pueblo, horrorizaba ver a muchos pobres muertos en las orillas, otros heridos, otros ultrajados vergonzosamente y todo el pueblo saqueado y robado por la perfidia de los franceses, siendo incalculable el daño que hicieron, esos enemigos de Dios y del género humano.
Todo lo cual certifico para que en todo tiempo conste y sepa el mundo de las maldades, perfidias, robos, y sacrilegios que los franceses han hecho y van haciendo por donde pasan, en Almansa a 6 de julio de 1808.
D. Lázaro Romero.
 
Un bandolero en la familia.
Su nombre de guerra fue “Tito el Nene”.
Debió de ser algún primo de los Coloma Gil.
Entre el final de la Década Ominosa y la Primera Guerra Carlista, se echó al monte.
Sabemos, por fuentes orales familiares, que fue detenido y encarcelado en Almansa. Aquí es donde da comienzo la historia de amor; pues, se enamoró de la hija de su carcelero y ella le correspondió. Por esta razón, la zagala urdió un plan de fuga, que puso en marcha, huyendo con su amado. Dicen las mismas fuentes que lograron huir hasta América y que allí se afincaron y, parece ser, que prosperaron.

Datos de la fase adulta de Francisco Coloma Galiana.
En plena Guerra de Independencia, vivió, Francisco Coloma Galiana, la apertura de las Cortes en Cádiz (24-IX-1810) y la promulgación de la primera Constitución de nuestro país (19-III-1812), la retirada de José Bonaparte de Madrid con dirección a Valencia, pasando por Almansa, y el agobiante ejército del mariscal Soult, con 33.000 hombres, acantonado en las llanuras almanseñas.
De este modo llegó, al fin, el año 1813 libre de franceses.
La primera referencia en las actas municipales, de los Coloma Galiana, se produce en 1813, en la que se hace mención de Antonio Coloma Galiana, hermano mayor de Francisco, apareciendo como repartidor de la contribución (A.M. 8-VI-1813) y la segunda se da, un año más tarde, cuando se cita a Francisco Coloma Galiana, también elegido como repartidor de la contribución en 1814 (A.M. 12-VIII-1814), con aproximadamente 34 años.

Contexto Histórico.
La entrada triunfal de Fernando VII (“El Deseado”) en España se produjo el día 22 de marzo de 1814 y, el 11 de abril, abdicó Napoleón.
Un año después abandonó Bonaparte el exilio de su principado en la isla de Elba y, tras el relámpago de los Cien Días, fue derrotado definitivamente en Waterloo, el 18 de junio del año 1815.

En 1819 presenció Francisco la arribada y alojamiento en Almansa de la princesa de Nápoles, Luisa Carlota (hermana de María Cristina de Borbón y futura madre de Francisco de Asís, marido de Isabel II), en viaje desde Barcelona hasta Madrid (A.M. 29-V-1819).
Vivió con júbilo la jura de la Constitución, dándose inicio al Trienio Liberal (A.M. 17-III-1820). Pero, a partir de 1823, se acabó bruscamente el liberalismo y comenzó una época de puritanismo y retroceso de libertades que duró, nada menos que diez años: “la Década Ominosa” (A.M. 20-X-1823)
Otra curiosidad que contemplaría Francisco, ya casi en la cincuentena, sería el paso por Almansa del príncipe Maximiliano de Sajonia, suegro del Rey (padre de María Josefa Amalia de Sajonia, tercera esposa de Fernando VII). El Ayuntamiento recibió órdenes, desde el Gobierno, para que tuviese en perfecto estado de revista el Cuerpo de Voluntarios (A. M. 1-IV-1825).

Clan liberal.
La familia Coloma, desde su arribada a Almansa, siempre abrazó el espíritu liberal.
A pesar del librepensamiento cultivado por la mayoría de sus miembros, nunca esgrimieron actitud activa anticlerical alguna, hasta poco antes de iniciada la 2ª República, en 1931. De hecho, en todos los documentos familiares del siglo XIX y principios del XX (nacimientos, matrimonios, testamentos, defunciones, etc.) hallados durante nuestras pesquisas, es siempre la iglesia católica la intermediaria y, la aceptación, por parte del afectado, parece sincera. Este fue un comportamiento extendido entre las clases acomodadas liberales del siglo XIX español, mantener una entente cordial con la jerarquía eclesiástica; obteniendo, de este modo, beneficio mutuo. Esta manera de actuar cambió en el primer cuarto del siglo XX; y, especialmente, durante la 2ª República; pero revirtió, de nuevo, con la Dictadura Nacional Católica.

Hermanos de Francisco Coloma Galiana.
Como hemos comentado, los dos hermanos varones de Francisco (Antonio y Mauro Coloma Galiana), nacieron, fortuitamente, fuera de Almansa. 
Ambos hermanos casaron, a su vez, con sendas hermanas oriundas de San Felipe (Játiva).
Antonio Coloma Galiana (hermano de Francisco)
Casó con María Antonia González y tuvo, al menos, dos hijos: el 17 de febrero del año 1800, nació Mauro José Coloma González; fue padrino del bautizo su abuelo Mauro Coloma. El segundo hijo fue Alonso Coloma González, del que desconocemos la fecha de nacimiento. 
La primera referencia de su hijo Mauro José fue, a los 35 años, en las Actas Municipales de 1835, donde aparece en la lista de electores (A.M. 1835).
Mauro José Coloma González casó con Ana María Pérez y tuvo, con ella, al menos cinco hijos: Antonio Pascual Concepción Coloma Pérez (1819), Francisco Pascual Coloma Pérez (1821), María Antonia Pascuala Coloma Pérez (1823), Mauro Antonio Coloma Pérez (1825) y Ana María Coloma Pérez. Todos nacidos en Almansa.
La primera referencia del otro hijo de Antonio Coloma Galiana (Alonso Coloma González) se da en las Actas, del 9 de octubre de 1840, donde aparece nombrado alcalde del barrio nº 1 (A.M. 9-X-1840).
Mauro Coloma Galiana (hermano de Francisco).
Casó con María Teresa González, hermana de su cuñada María Antonia.
Conocemos la existencia de una hija. El 1 de marzo de 1804 nació María Josefa Coloma González, siendo padrinos de bautizo, sus tíos: Francisco Coloma Galiana y su esposa Ana María Gil y Gil.
Josefa Coloma Galiana (hermana de Francisco).
El único dato de que disponemos, en relación con Josefa, es su aparición, como madrina, en el certificado de bautismo de su sobrina María Francisca Coloma Gil (hija de su hermano Francisco) el 1 de marzo de 1802.
ANTONIO COLOMA GALIANA.
(HERMANO DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).
MAURO JOSÉ COLOMA GONZÁLEZ.
(SOBRINO DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).
(PRIMO HERMANO DE ANTONIO COLOMA GIL).

ANTONIO COLOMA PÉREZ.
(SOBRINO NIETO DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).
(SOBRINO SEGUNDO DE ANTONIO COLOMA GIL).





FRANCISCO COLOMA PÉREZ.
(SOBRINO NIETO DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).
(SOBRINO SEGUNDO DE ANTONIO COLOMA GIL).

ANA MARÍA COLOMA PÉREZ.
(SOBRINA NIETA DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).
(SOBRINA SEGUNDA DE ANTONIO COLOMA GIL).

MAURO COLOMA GALIANA.
(HERMANO DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).





PADRES Y HERMANOS DE ANA MARÍA GIL Y GIL.
(ESPOSA DE FRANCISCO COLOMA GALIANA).
(MADRE DE ANTONIO COLOMA GIL).
Familia de Ana María Gil y Gil (esposa de Francisco Coloma Galiana).
Con 17 o 18 años debió de casar Francisco Coloma Galiana con Ana María Francisca Gil y Gil, hija de los almanseños Francisco Gil y Ana Gil. 
No disponemos de fechas precisas; pero, sí conocemos la existencia de, al menos, dos hermanos de Ana María: Francisco y Gabriel Gil y Gil.
Francisco Gil y Gil. 
Sabemos que nació el año 1770; pues, su edad consta en el certificado de bautismo de su sobrino, Antonio Coloma Gil, evento del que fue padrino, en 1816. 
También aparece Francisco Gil y Gil como elector, en 1835, con residencia en la calle de San Juan (A.M. 1835)
Gabriel Gil y Gil.
Es otro de los hermanos, de Ana María, de los que conocemos su existencia; pues, aparece como testigo de la boda de su sobrino Antonio Coloma Gil, en 1835.

Hijos de Francisco Coloma Galiana y Ana María Gil y Gil (ver cuadro genealógico de Francisco Coloma Galiana).
La pareja tuvo seis hijos, que conozcamos, lo llamativo en relación con nuestro antepasado directo, Antonio Coloma Gil, es la gran diferencia de edad con sus hermanos; pues, la hermana mayor le llevaba 14 años y su inmediato en edad, que era Mauro, tenía 8 años más que él.
María Francisca Coloma Gil. 
Nació en Almansa, el 1 de marzo de 1802. Fueron, padrinos de bautizo, su abuelo Mauro Coloma y su tía Josefa Coloma Galiana.
Ana María Coloma Gil.  
Nació en Almansa, el día 16 de abril de 1804. Su nombre aparece en el certificado de bautismo del primogénito de su hermano Antonio (Francisco Coloma Sáez), como madrina.
Francisca María Coloma Gil. 
Nació en Almansa, el día 7 de noviembre de 1805. Fueron, los padrinos de bautizo, sus tíos Antonio Coloma Galiana y María Antonia González.
Francisco Coloma Gil. 
Debió de nacer cerca del año 1807. Carecemos de más datos acerca de su nacimiento. 
Mauro Coloma Gil. 
Nació en Almansa, el día 14 de julio de 1808 (año de comienzo de la Guerra de Independencia). Fueron, los padrinos de bautizo, sus tíos Antonio Coloma Galiana y María Antonia González.
Antonio José Miguel Coloma Gil. 
Por último, el día 28 de septiembre del año 1816, a las 10 de la noche, nació, nuestro antepasado directo (en pleno Sexenio Absolutista de Fernando VII, que ocupó el periodo comprendido entre los años 1814-1820).

Suponemos que Francisco Coloma Galiana seguiría los pasos de su padre, Mauro, en el curtido de pieles para zapatos, como lo harían sus hijos y nietos; pero, en este caso, carecemos de datos precisos.
También carecemos de referencias, sobre los Coloma Galiana, tanto durante el Trienio Liberal (1820-1823), como durante la funesta Década Ominosa (1823-1833). Es de suponer que, debido al sustrato liberal de la familia, tuviesen significación en el primer caso y perfil bajo en el segundo.

III.- ANTONIO COLOMA GIL Y ANTONIA SÁEZ SÁNCHEZ 

ANTONIO COLOMA GIL (1816-1889).
El día 28 de septiembre del año 1816, a las 22 horas, nació en Almansa nuestro ancestro Antonio Coloma Gil. 
Fue bautizado, el día siguiente (29 de septiembre), en la parroquia de Santa María de la Asunción de Almansa, siendo inscrito con los nombres de: Antonio, José y Miguel. Asistieron, como padrinos, su abuelo materno Francisco Gil y Josefa Hernández (también pariente).
Coincidió que este año, 1816, fue un año de penuria en Almansa, consecuencia de la guerra, epidemias y malas cosechas. El censo poblacional pasó, en sólo veinte años, de 1720 vecinos a 1461 y la reducción, en las cabezas de ganado, fue dramática (A.M. 23-VIII-1816)

Contexto histórico.
Nació Antonio en pleno Sexenio Absolutista de Fernando VII y durante toda su infancia, adolescencia y primera juventud, España estuvo sometida a un régimen totalitario, impuesto por este aciago rey, con excepción de los tres años de liberalismo (1820-1823) que pasaron, con más pena que gloria, casi inadvertidos.

Datos de los hermanos de Antonio Coloma Gil.
Como hemos narrado, en la biografía de sus padres (Francisco Coloma Galiana y Ana María Gil y Gil), Antonio Coloma Gil fue el menor de seis hermanos. 
Los tres primeros fueron mujeres: María Francisca, Ana María y Francisca María. La diferencia de edad entre Antonio y sus hermanas fue considerable: 14, 12 y 11 años respectivamente.
De María Francisca y Francisca María Coloma Gil no tenemos más datos que sus certificados de bautismo, ya comentados en el capítulo de Francisco Coloma Galiana.
Ana María Coloma Gil (16-IV-1804 a c. 1901).
Fue la segunda de las hermanas de Antonio, nació en Almansa el día 16 de abril del año 1804.
Tenemos escasos datos sobre su vida.
Sabemos que fue madrina en el bautizo de su sobrino, nuestro antepasado, Francisco Coloma Sáez (hijo de su hermano Antonio Coloma Gil), en 1836.
Casó con Silvestre Martínez y tuvo, al menos, un hijo llamado Francisco Martínez Coloma, que nació el 23 de julio de 1837. Fueron padrinos del bautizo los abuelos maternos: Francisco Coloma Galiana y Ana María Gil y Gil y sus tíos Mauro Coloma González y Ana María Pérez.  
Francisco Martínez Coloma tuvo protagonismo político a partir del año 1889, ya con 53 años. Fue concejal en 1895 (A.M. 11-XI-1895), 1896 (A.M. 1-I-1896), 1897 (A.M. 1-VII-1897) y 1898 (A.M. 2-II-1898). En estos dos últimos años fue, además, concejal Síndico del Ayuntamiento. Renunció a sus cargos en febrero de 1898, aduciendo enfermedad y edad avanzada. Vivía entonces en la calle Virgen de Belén nº24. Murió en 1900.
Aún vivía su madre Ana María en 1901, pues compró un nicho en el cementerio, contiguo al de su hijo (A.M. 10-I-1901). Ana María debió de morir cerca de esta fecha.
Francisco Coloma Gil (c. 1807 – c. 1855).
El primer varón de los Coloma Gil nació cerca del año 1807.
Desconocemos si casó o tuvo hijos. 
Francisco Coloma Gil comenzó a desempeñar cargos públicos desde 1840: alcalde del Barrio nº 1 y procurador de número (A.M. 2-I-1840 y 2-I-1843) y concejal en 1844 (A.M. 31-III-1844) y 1845 (A.M. 6-I-1845).
Desde entonces, tuvo siempre tareas municipales: ornato público (A.M. 16-II-1845), veedor de obra pública (A.M. 8-I-1846), miembro de la Junta Pericial para la evaluación y el repartimiento de la Contribución Territorial (A.M. 25-IV-1850).
A partir de 1850, mantuvo el puesto de sastre municipal que, deducimos, sería su auténtica profesión (A.M. 2-I-1850), (A.M. 2-I-1851), (A.M. 3-I-1852), (A.M. 3-I-1853) y (A.M. 2-I-1854).
En 1854 volvió a ser nombrado alcalde del Barrio del Cuartel nº 1 (A.M. 22-VIII-1854).
A partir de este año, ya no hay referencia alguna, de su persona en las Actas Municipales, relacionada con los puestos públicos. En el listado de empleos municipales, del año 1858, ya no figura Francisco Coloma Gil, tampoco, como sastre.
Suponemos que Francisco murió entre 1855 y 1858, alrededor de los 50 años.
Mauro Coloma Gil (1807-1889).
Nació en Almansa el 14 de julio del año 1808. 
Casó con Consolación Romero, con la que tuvo 4 hijos (A.M. 19-VI-1844), aunque sólo conocemos el nombre de tres (Francisco, María y Encarnación Coloma Romero). Parece que un cuarto murió a edad temprana.
Quedó viudo a los 37 años (1844). 
Posteriormente, casó con Encarnación Castaño Simarro, oriunda de Hellín, pero no tuvo más descendencia.
Mauro Coloma Gil fue concejal, del ayuntamiento de Almansa, en 1843 (A.M. 1-I-1843) y, en 1844, lo seguía siendo, junto con su hermano Francisco (A.M. 5-I-1844).
Por esta época, parece que lo estaba pasando bastante mal, tanto anímica como económicamente, pues coincide con su viudedad a cargo de cuatro hijos.
El último desempeño de cargo público, de que disponemos datos, es el de alcalde del Barrio nº 1 (A.M. 16-II-1845). Tenía Mauro, entonces, 38 años y, a pesar de vivir hasta los 82, ya no aparece, referencia pública alguna de su persona, durante el resto de estos cuarenta y cuatro años.
Aunque tenía 8 años más que su hermano Antonio, murió sólo 6 meses antes que él. Mauro Coloma Gil falleció el día 4 de junio de 1889, a las diez de la mañana, en su domicilio de Almansa, sito en la calle de San Juan nº 39, como consecuencia, según el parte facultativo, de su senectud.

Familia de Antonio Coloma Gil.

Contexto histórico.
Tras la muerte del rey Fernando VII, el día 29 de septiembre de 1833, comenzó la regencia de su esposa María Cristina de Borbón, debido a la minoría de edad de la heredera y futura reina Isabel II.
Se produjo un conflicto sucesorio con su cuñado Carlos María Isidro y comenzó la Primera Guerra Carlista.
Esta fue la principal razón por la que, María Cristina, tuvo que apoyarse en los liberales y comenzar, aunque muy lentamente, un reinado constitucional.

El inicio de la regencia de María Cristina se produjo dos años antes de la boda de Antonio Coloma Gil.
Antonio casó joven, a los dieciocho años, el día 16 de abril del año 1835, con Antonia Sáez Sánchez, moza almanseña, cuatro años menor que él, en la parroquia de la Asunción de Almansa (tomo 2 folio 321). Fueron testigos: el tío materno del novio, Gabriel Gil y Gil, y el tío materno de la novia, José Sánchez.
Antonio y Antonia tuvieron tres hijos: Francisco, Antonio y Pedro. El nacimiento de su primogénito (Francisco Coloma Sáez) se produjo el día 31 de enero del año 1836. El segundo hijo (Pedro Coloma Sáez) nació en el 28 de abril de 1938. El tercer hijo (Antonio Coloma Sáez) nació el 4 de febrero del año 1842. 
La familia se afincó en la calle Virgen de Belén (antes calle Plaza) número 7 (anteriormente propiedad de Juan Sáez Sánchez, hermano de Antonia). Esta finca formó parte del complejo habitacional y taller artesanal de Antonio; posteriormente, ampliado y habitado por su hijo Francisco Coloma Sáez y familia, ocupando toda la esquina comprendida entre las calles del Progreso (actual Pablo Iglesias) y Virgen de Belén.
Antonio fue zapatero artesano en Almansa, propietario de un taller artesanal familiar de calzado. Pero, cuando nació su tercer hijo, en 1842, aún figuraba sólo como curtidor.   
Como es natural, inculcó, en la mente de sus hijos, el germen de lo que había sido y sería la profesión y el sustento de la saga, durante seis generaciones. 


Familia de Antonia Sáez Sánchez (esposa de Antonio Coloma Gil y madre de Francisco Coloma Sáez).
María Antonia Sáez Sánchez (1820 - ?).
Nació en Almansa, el día 10 de julio del año 1820. Fue bautizada en la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción.
Sus padres fueron: Pedro Sáez Martínez y Ana Sánchez Bonete.
Sus abuelos paternos fueron: Juan Sáez y Antonia Martínez.
Sus abuelos maternos fueron: Francisco Sánchez y Ana Bonete.
Todos naturales y vecinos de Almansa.


Tenemos datos de que, al menos, Antonia tuvo dos hermanos: Francisco y Juan Sáez Sánchez.
Francisco Sáez Sánchez. 
Debió de nacer alrededor del año 1815.
Juan Sáez Sánchez. 
Nació en Almansa, el día 21 de enero de 1817 y fue bautizado, como su hermana, en la iglesia de Santa María.
En 1835, aparecen, tanto Juan como Francisco, en la lista de electores de Almansa (A.M. 1835)
Juan Sáez Sánchez fue concejal en 1854 (A.M. 2-I-1854), 1855 y 1856 (A.M. 24-VII-1856). Por esta época era terrateniente (A.M. 24-VII-1857). En 1858 y 1859 fue nombrado perito del repartimiento de la contribución (A.M. 8-II-1858) (A.M. 6-VI-1859). En 1865, consta que certificó la propiedad de una finca (A.M. 24-II-1865). Vivía, entonces, en la calle de La Estrella.
Precisamente fue, Juan Sáez Sánchez, el propietario de la finca, sita en la esquina de las calles Virgen de Belén y Progreso, que ocuparía su hermana y familia.
Se menciona, en las Actas Municipales, hasta cuatro Sáez Sánchez más, a saber: Pedro, debió de ser primo segundo de Antonia, Antonio y José fueron sus primos hermanos y de Encarnación carecemos de datos.
Pedro Sáez Sánchez (1823), primo segundo, pues sus abuelos son distintos de los de María Antonia, figura como perito en el repartimiento de la Contribución en 1838 y 1840 (A.M. 13-II-1838) y (A.M. 2-I-1840).
Antonio Sáez Sánchez (1820), primo hermano, con la particularidad de que tanto su padre como su madre eran hermanos de los padres de María Antonia. También figura como perito en el repartimiento de la Contribución en 1843 (A.M. 2-I-1843) y, en el censo de 1889 aparece, junto con su hermano José Sáez Sánchez, residiendo en la calle Mendizábal.
Encarnación Sáez Sánchez, de ella no tenemos referencia alguna más de la que consta en las Actas de 1899, solicitando la inscripción de varias fincas de su propiedad.

Inicio de la representatividad pública del clan Coloma.
Toda la adolescencia y primera juventud de Antonio Coloma Gil, se desarrolló en el ámbito de una política nacional totalitaria, dirigida por Fernando VII y su desastrosa Década Ominosa (A.M. 20-X-1823).
Esta década conservadora y vetusta finalizó tras la muerte del rey Fernando. 
El comienzo de la Regencia de María Cristina de Borbón coincidió, en Almansa, con el aumento de actividad en la vida pública del clan Coloma (A.M. 8-VIII-1835). Tanto los Coloma Gil, como familiares y allegados, emergen significativamente, relacionados con cargos públicos, a partir de este momento histórico.
Como ya dijimos, la reina Regente tuvo que apoyarse en los liberales y; prácticamente, todos los miembros de este clan, comulgaban con dicho espíritu.
A pesar de haberse iniciado un régimen bastante conservador, aunque constitucional, los Coloma ya no dejaron de ser protagonistas, tanto en los asuntos públicos como privados, empresariales e inmobiliarios, de Almansa.
Es especialmente, a partir de la Revolución de 1840, cuando el clan Coloma se muestra más activo, lo vemos con los hermanos Coloma Gil; pero, también lo hacen sus primos: Alonso (A.M. 9-X-1840) y Mauro Coloma González (A.M. 2-I-1842 y 2-I-1843); su tío Francisco Gil y Gil (A.M. XII-1840 y 28-II-1841) y, los primos de la esposa de Antonio, Pedro Sáez Sánchez (A.M. 13-II-1838), (A.M. 2-I-1840) y Antonio Sáez Sánchez (A.M. 2-I-1843).

Fase adulta de Antonio Coloma Gil.

Contexto histórico.
Entre los años 1835-1837, se produjo la Revolución Liberal.
En febrero de 1836 se inició el famoso proceso de las desamortizaciones, dictadas por Mendizábal.
Tras este nuevo oasis renovador, se instauró el Trienio Moderado (1837-1840), se aprobó la Constitución de 1837 y se produjo el famoso “Abrazo de Vergara”, el 30 de agosto de 1839, que dio paso al fin de la Primera Guerra Carlista. 
Precisamente, el comienzo de aparición pública de los Coloma, reflejado en las actas municipales almanseñas, coincide con el inicio de la Revolución de 1840, el 1 de septiembre, que produjeron una serie de revueltas progresistas y la formación de Juntas Revolucionarias. Esto llevó al exilio de María Cristina de Borbón y al comienzo de la Regencia del general Espartero.

Coincidiendo con el bienio progresista revolucionario, nació el primogénito de Antonio (Francisco Coloma Sáez).
En 1836, Antonio cumplió 20 años. 
Es más que probable que, las desamortizaciones de terrenos eclesiásticos, facilitasen el inicio de la adquisición de bienes inmuebles, por parte del clan Coloma.
Durante el verano de este año, 1836, contempló Antonio el revuelo público que provocó en la ciudad la preparación para el alojamiento y manutención de la comitiva de los infantes Francisco de Paula de Borbón (hermano menor de Fernando VII) y su esposa y sobrina Luisa Carlota (hermana de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias), a su paso por Almansa camino de Valencia, donde se dirigieron para tomar baños de mar (A.M. 12-VII-1836).
En agosto, pudo comprobar la exaltación popular ante el gran acto, celebrado el domingo 21, de acatamiento de la Constitución de 1812 (A.M. 18-VIII-1836)
Como hemos mencionado, esta revolución liberal sólo duró 2 años.
A partir de 1837, se instauró un gobierno conservador.
Las malas cosechas y las guerras provocaron, durante el año 1838, que la población pobre de Almansa se instalase en la miseria extrema, llegando a hacer reaccionar a las fuerzas vivas, planificando acuerdos urgentes, con medidas para paliar la situación y, sobre todo, para evitar un gran peligro epidémico (A.M. 11-IV-1838).
En agosto de 1839, finalizó la Primera Guerra Carlista y, con esta buena noticia, la población almanseña se quitó, al menos, uno de sus problemas de encima, la inquietud que causaban las partidas de guerrilleros (A.M. 31-VIII-1838).
Pero, este alivio no sirvió para calmar los ánimos y así comenzó la Revolución de 1840. En septiembre de este año se inició la formación de Juntas Revolucionarias. En Almansa se creó una Junta Provisional, a las órdenes de la establecida en Madrid y Peñas de San Pedro. Se indicó a los ciudadanos que se divulgase la noticia por el pueblo y se invitase, a los pueblos vecinos, a secundar el pronunciamiento de la ciudad; así como, se diera parte a la Junta Provincial (A.M. 24-IX-1840)
De este modo, empezó, en octubre, la Regencia de Espartero, acompañada de los juramentos de la Constitución de 1837 y de la reina Isabel II, aún menor de edad (A.M. 9-X-1840).
Veinticuatro años tenía, Antonio Coloma Gil, cuando volvió a gozar de este nuevo lapso de política liberal progresista; ya que, volvió a ser breve. Sólo duró otros tres años.

Contexto histórico.
Entre finales de mayo y principios de junio de 1843, se produjeron una serie de pronunciamientos contra el general Espartero, que se mantenía como Regente, debido a la aún minoría de edad de Isabel II. El 30 de julio, se exilió el general a Inglaterra y, el 8 de noviembre, fue declarada la mayoría de edad de la Reina.
Con la presidencia de gobierno del general Narváez dio comienzo la Década Moderada.

En 1843, el consistorio almanseño decidió adherirse a la nueva fase conservadora, remarcando su fidelidad a la Constitución de 1837 y a Isabel II y proclamando la unión con todos los españoles para parar las tiranías, bajo cualquier aspecto que se presentasen. Así mismo, se estableció una Junta Gubernativa hasta que se decidiera la pauta nacional (A.M. 13-VI-1843)
Aquí comienza el periodo de tres años en el que los hermanos de Antonio: Francisco y Mauro Coloma Gil, son concejales (1843-1845).
En noviembre empezó el reinado de Isabel II y en diciembre los almanseños prestaron juramento a la Reina y se celebró con un solemne Te Deum (A.M. 4-XII-1843).
En marzo de 1844 hubo auténtica expectación, pues pasó por Almansa la reina madre, María Cristina, de regreso de su exilio (A.M. 29-II-1844). Sus exégetas no repararon en alabanzas, reseñando su tristeza y resignación, provocados por las políticas progresistas injustas, que habían desencadenado su expatriación. 
Como hemos reseñado en el “contexto histórico”, en mayo, de este mismo año, dio comienzo, con Narváez, la Década Moderada.
Con diferencia, el hecho que mayor impacto de admiración afectó a Antonio y a todos los ciudadanos de Almansa, se produjo en agosto de este año 1844, cuando los almanseños fueron informados de que, el Ministerio de Gobernación, había comenzado el proyecto para construir el ferrocarril (entonces llamado “camino de hierro”) que uniría Madrid con Alicante, pasando por Almansa (A.M. 28-VIII-1844). A partir de 1845, empezaron a llegar a la ciudad los ingenieros que iban a analizar las infraestructuras necesarias para la instalación del ferrocarril y los ciudadanos se volcaron en atenciones hacia ellos (A.M. 26-III-1845)
En mayo, pasó la Reina por Almansa acompañada de unidades militares. En la ciudad se instaló el batallón de infantería de Saboya, como protección de la Soberana (A.M. 13-V-1845).
La primera referencia pública, de Antonio Coloma Gil, fue su elección como concejal del Ayuntamiento de Almansa, el 2 de enero de 1846. Tenía 30 años. En el Acta Municipal firmó, como saliente, su hermano Francisco (A.M. 1-I-1846).
Este año, 1846, marcó en la ciudad el inicio de una terrible sequía, que asoló los campos durante un lustro. Desde tiempo inmemorial se había rogado a la Patrona el envío de lluvia en periodos secos, pero esta época tan prolongada marcó a los almanseños y, a partir de entonces, sacar en procesión la imagen de la Virgen al grito de ¡agua, Virgen de Belén! se convirtió en ritual obligado, ante la más mínima sequía.

Contexto histórico.
El mes de septiembre de 1846, comenzaron, de nuevo las hostilidades entre isabelinos y carlistas (2ª Guerra Carlista o Guerra de los Matiners).

Antonio continuó siendo concejal en 1847 y aparece, junto con el alcalde y otro concejal, en la Comisión encargada para la Rectificación de las Listas Electorales de Concejales (A.M. 21-VI-1847).
Como curiosidad familiar de esta época, citaremos el caso del maestro Domingo Ibáñez Pradas. Fue investigado por la Comisión Local de Instrucción Primaria, debido a la sensible pérdida de alumnos y al deplorable estado de las instalaciones de la Escuela Normal de Instrucción Pública Primaria. Se le acusó de ser el responsable de tal situación por su genio y mal carácter, decidiendo su expulsión. Da la casualidad de que, uno de sus alumnos, era Francisco Coloma Sáez (primogénito de Antonio), tenía entonces 11 años y había sido expulsado por dicho maestro. La misma Comisión, decidió incluir en su informe las pesquisas realizadas para averiguar las causas de dicha expulsión (A.M. 23-IX-1847).

Contexto histórico.
Entre los meses de abril y mayo de 1849 se produjo el final de la 2ª Guerra Carlista.

Antonio Coloma Gil se mantuvo de concejal en 1848 y 1849, perteneció a la Comisión de Ornato Público, fue Comisario de la Feria (A.M. 1 y 6-I-1848) e integró, de nuevo, la Comisión de Rectificación de las Listas Electorales para Concejales (A.M. 21-VI-1849).
Cesó como edil en enero de 1851 (A.M. 2-I-1851). En marzo, fue elegido, como perito propietario de contribución directa, en la 3ª terna (A.M. 20-III-1851); pero, en diciembre, volvió a ser elegido concejal (A.M. 21-XII-1851).

Contexto histórico.
El día 2 de febrero de 1852 se produjo el atentado contra la reina Isabel II, por parte del cura Merino, que salvó la vida de modo casi milagroso, y conmocionó a toda la Nación.
El 24 de marzo, la infanta Isabel, primogénita de Isabel II, fue nombrada Princesa de Asturias (había nacido el 20 de diciembre de 1851).

Almansa entera quedó epatada al ser conocedora del atentado sufrido por la Reina y mostró su apoyo a la monarca (A.M. 9-II-1852)
Al finalizar este año 1852 se inauguró el ferrocarril de Almansa a Játiva, otro hito histórico que impulsó el comercio de la ciudad (A.M. 4-XII-1852).
Durante el año 1853, Antonio Coloma Gil siguió siendo concejal.

Contexto histórico.
El 28 de julio estalló la Revolución de 1854 y dio comienzo al Bienio Progresista, con la entrada triunfal del general Espartero en Madrid.

Desde agosto hasta octubre del año 1854, sufrió Almansa una epidemia de cólera. En este caso la duración del terror no fue muy larga y en octubre, al declararse el final de la infección, se celebró un Te Deum y se sacó en procesión a la Virgen, en acción de gracias por la buena nueva (A.M. 20-X-1854).
Este año, 1854, aparece como concejal, el cuñado de Antonio, Juan Sáez Sánchez.
En 1855 vuelve Antonio a ser concejal (A.M. 27-I-1855).
El dato indicador de que Antonio era propietario, en esta época, de fincas rústicas agrícolas, aparece en el Acta Municipal, donde solicita que, […] en la Dehesa de Sierra, en donde le pertenece una labor llamada la Torera, se respeten los linderos y se le adjudiquen los pastos establecidos […] (A.M. 2-VII-1855).
En 1856 formó parte de la Comisión para elaborar las listas electorales por la ley, sancionada por la Reina, el 5 de julio (A.M. 11-VII-1856).

Contexto histórico.
El día 14 de julio de 1856 fue nombrado, el general O’Donnell, como jefe del Gobierno. La dimisión del general Espartero supuso el final del Bienio Progresista.

Este final del gobierno progresista produjo el cese de Antonio como concejal, aunque logró mantenerse su cuñado Juan Sáez Sánchez (A.M. 24-VII-1856).
El 30 de junio de 1857, casó el hijo primogénito de Antonio Coloma Gil (Francisco Coloma Sáez) con Belén Martínez Parra (ver capítulo de Francisco Coloma Sáez).
El día 4 de junio de 1858, se produjo una efeméride para los almanseños, causando gran revuelo, curiosidad y admiración; pues, arribó y se alojó la Reina en la ciudad. A pesar de que su llegada se produjo a las 12 de la noche, pasó todo el día siguiente en Almansa, visitando el Convento de la Monjas Agustinas, el Hospital y la Columna. Dejó de limosna 12.000 reales, para la beneficencia, y partió de Almansa a las 5 de la tarde.
La acogida fue tan entusiasta que la monarca escribió una carta, dirigida a la población, en la que expresó el agradecimiento por el magnífico y cariñoso recibimiento, tanto por parte de la Corporación como de los ciudadanos de Almansa (A.M. 4, 7 y 10-VI-1858).
Este mismo año, Antonio aparece elegido como candidato a perito de los que han de controlar el repartimiento de la contribución de inmuebles, cultivo y ganaderías de Almansa para el año siguiente; se agrupó a los candidatos en ternas para que los eligiera la Administración de Hacienda. Antonio Coloma Gil figuró en la segunda terna y, su cuñado Juan Sáez Sánchez, en la 3ª terna (A.M. 8-II-1858). Ambos fueron elegidos en 1859 (A.M. 6-VI-1859).
El 21 de julio del año 1859 fue dichoso para Antonio, pues nació su primer nieto, hijo de Francisco Coloma Sáez, Aniceto Coloma Martínez (ver capítulo de Francisco Coloma Sáez).
En diciembre finalizaron las obras de la vía férrea (A.M. 8-XII-1859).
En el mes de febrero de 1860 se produjo una de las nevadas más intensas que recordaban los ciudadanos de Almansa y dejó completamente aislada la población (A.M. 6-II-1860)
En mayo pasó por Almansa el general Prim, tras haber protagonizado grandes hechos en la guerra de África (A.M. 31-V-1860).
Pero fue, en junio, cuando comenzaron los preliminares de uno de los hechos decisivos que cambiarían para siempre la ciudad, la conducción de agua potable a la villa (A.M. 28-VI-1860).
De nuevo, la naturaleza castigó a Almansa, con una gran pedrea, durante el mes de julio, provocando la práctica pérdida de las cosechas (A.M. 13-VII-1860)
Un hecho luctuoso se produjo como consecuencia de los adelantos tecnológicos, la ciudad sufrió su primer fallecido, arrollado por el tren, en octubre (A.M. 11-X-1860).
Entre 1860 y 1868, Antonio Coloma Gil no figura en actividad alguna relacionada con el Ayuntamiento.
Herminio Coloma Martínez, segundo nieto de Antonio, nació en 1865.
En mayo de 1866, se ultimaron las obras para la conducción de agua potable a la ciudad (A.M. 28-V-1866) y en junio el Gobierno Civil autorizó al Ayuntamiento para que pudiese colocar 4 fuentes públicas con dicha agua potable (A.M. 11-VI-1866).
En 1867, se produjeron dos desastres naturales: el primero, en marzo, debido a una abundante nevada, que requirió auxiliar a las familias pobres con comida (A.M. 3-III-1867) y el segundo, la sequía que, de nuevo, hizo estragos en los cultivos y ocasionó las consabidas y crónicas rogativas a la Virgen (A.M. 29-IV-1867).
Los ocho años de inactividad política de Antonio coincidieron con la implicación de sus hijos en el negocio del calzado. El taller artesanal inicial se había ido convirtiendo en un auténtico taller industrial.

Contexto Histórico.
En 1868 comenzó el Sexenio Democrático, que se inició con la revolución de septiembre (La Gloriosa), destituyendo a la reina Isabel II. Este periodo también incluye: el reinado de Amadeo I de Saboya y la efímera Primera República, abarcando hasta el mes de enero de 1874, con el golpe del general Pavía, la República Unitaria o Dictadura del general Serrano y la Restauración Borbónica, a partir de diciembre de este mismo año.

Antonio en la Masonería.
La Masonería en Albacete alcanzó su mayor esplendor en el último cuarto del siglo XIX, contando con 17 organizaciones y un millar de miembros (La Masonería en Albacete a finales del siglo XIX. Ayala, José A.). Su actividad e influencia decayó a comienzos del siglo XX y no reapareció hasta el año 1928 (Masonería y Política. Albacete 1928-1933. Requena Gallego, Manuel).
El origen de la masonería en Almansa parece provenir de la región valenciana más que de la albaceteña (Ferrer, 1980, Ayala, 1986 y 1988).
La aparición de la logia almanseña Rosa nº 171, coincidió con el inicio del Sexenio Democrático o Revolucionario y, ya entonces, Antonio Coloma Gil, cincuentón, sería uno de sus miembros; así como, su hijo mayor (Francisco Coloma Sáez), que, por aquellas fechas, fue alcalde de la ciudad y se implicó, en 1873, en el movimiento cantonalista (ver capítulo de Francisco Coloma Sáez).
Esta logia, Rosa nº 171, se creó bajo la obediencia del Gran Oriente de España. En documentos de archivo, de 1880, consta que estaba constituida por 43 miembros, casi todos comerciantes e industriales, entre los que aparece el nombre de Antonio Coloma Gil, en aquel momento con 64 años, patriarca de toda la saga de artesanos y de industriales del calzado almanseño que le sucederá.  
En documentos de 1881 aparecen, como Tesorero, su hijo Francisco Coloma Sáez (con 46 años) y, como maestro de Ceremonias, su nieto mayor, Aniceto Coloma Martínez, con 22 años.

Últimos 21 años de Antonio Coloma Gil (1868-1889). 
Durante este sexenio democrático, Antonio recobró el ánimo político, pero ya había llegado la hora del relevo, dando paso a su emprendedor hijo mayor, Francisco Coloma Sáez.
Fue un periodo caótico, en el que se mezclaron estados de alegría y diversión (A.M. 27-IX-1869) con manifestaciones de protesta, incluso episodios violentos (ver capítulo de Francisco Coloma Sáez).
En octubre de 1868, fue nombrado Antonio concejal del nuevo Ayuntamiento (A.M. 20-X-1868).
En 1869 se mantuvo como concejal y fue elegido Regidor Síndico, así como, miembro de la Comisión encargada de revisar las cuentas del extinguido Impuesto de Consumos, junto con Sebastián Parra Bonete (hermano de su consuegra Águeda) (A.M. 1-I-1869).
En 1870 seguía Antonio siendo concejal (A.M. 31-I-1870).
El 29 de diciembre, de este año, nació su nieto Ernesto Coloma Martínez, hijo de su primogénito Francisco Coloma Sáez. Fue el que completó la terna que fundaría, al final del siglo, la gran fábrica de calzado.
En 1871, aún como concejal (A.M. 1.I-1871), solicitó permiso para labrar una cañería por debajo del Camino Real de Valencia (A.M. 26-VI-1971).
Tras las elecciones del 15 de diciembre de este 1871, fue elegido concejal Francisco Coloma Sáez (ver capítulo de Francisco Coloma Sáez). Fue su padre, Antonio Coloma Gil, como concejal saliente, uno de los firmantes de la aprobación del acta de concejal de su hijo (A.M. enero 1872).
Este mismo año, Antonio fue nombrado miembro de la nueva Junta de Instrucción Pública (A.M. 11-II-1872).
El nombre de Antonio no aparece más durante los cuatro años siguientes, hasta que finalice el Sexenio Democrático.

Contexto Histórico.
El penúltimo día, del año 1874, finalizó la República Unitaria del general Serrano tras el Pronunciamiento de Sagunto y, en enero de 1875, llegó a España Alfonso XII, siendo proclamado, por las Cortes, como Rey. 
En 1876 se realizaron las primeras elecciones de la Restauración y ganaron los conservadores de Cánovas del Castillo.

Al principio y al final del año 1875, se conmemoró en Almansa, con festejos y adornos, tanto el inicio como el primer aniversario del acceso al trono de Alfonso XII (A.M. 8-I-1875 y 27-XII-1875).
En febrero de 1876, se leyó un telegrama del Ministerio de Gobernación anunciando el fin de la Tercera Guerra Carlista. Como consecuencia de este acontecimiento, se declararon tres días de fiesta. Todo fueron vivas al Rey y al Ejército y, el Consistorio, acordó reconstruir la Columna de la Batalla de Almansa, derribada por el ímpetu revolucionario (A.M. 28-II-1876).
En 1876 Antonio Coloma Gil inscribe cuatro fincas rústicas, sitas en el término municipal almanseño (A.M. 19-VI-1876).

Contexto Histórico.
El 30 de junio quedo instaurada la Constitución de 1876.

En abril de 1877 se firmó el contrato con la Compañía de Ferrocarriles, por el que, a cambio del abastecimiento de agua por parte del pueblo, la Compañía aceptaba parada y fonda del tren en Almansa (A.M. 30-IV-1877).
En este mismo mes de abril de 1877, Antonio aparece como perito suplente, propuesto por el Gobernador, para la renovación completa de los individuos que componen las Juntas Periciales, para el reparto de la contribución de inmuebles del próximo año 1877-1878. Como curiosidad consta Antonio, en los datos de esta lista, entre los de 2ª categoría, que paga 93.32 pesetas, que es vecino de Almansa y que sabe leer y escribir (A.M. 23-IV-1877).
Fue el segundo año consecutivo de sequía, que arruinó las cosechas y provocó la penuria de gran parte de la población, por lo que hubo que eliminar los impuestos a los afectados (A.M. 22-V-1877).
A partir de este año, carecemos de dato alguno sobre Antonio Coloma Gil, a pesar de que aún vivió doce años.
Suponemos que colaboraría en el nuevo taller industrial que su hijo Francisco creó del antiguo artesanal. También es evidente que gestionaría sus propiedades inmobiliarias rústicas y urbanas.

Muerte de Antonio Coloma Gil.
En julio de 1889, la tarde del día 7, cayó una enorme granizada que destruyó toda la cosecha de uva, cereales y hortalizas, en una superficie de 20 km de largo por 3 km de ancho. Las pérdidas fueron cuantiosas. Se solicitó al Estado ayuda del fondo de calamidades (A.M. 9-VII-1889).
Sería o no premonitorio; pero, cinco meses después, Antonio murió de catarro pulmonar (según consta en su certificado de defunción) en su casa de Almansa (calle Virgen de Belén nº 7), a los setenta y cuatro años, el día 21 de diciembre de este mismo año, a las 11 de la mañana.
En el momento de su muerte ya habían fallecido sus padres (Francisco y Ana María Francisca), así como su esposa (Antonia Sáez Sánchez). En ninguno de los tres casos conocemos la fecha exacta.
Como curiosidad añadida, a la personalidad de Antonio Coloma Gil, citamos que encargó, para su futura sepultura, un lugar en el suelo de la calle central del cementerio de Almansa, justo por donde pasaban diariamente los cortejos fúnebres, signo de pomposa humildad, para que todo ciudadano pudiese pisar sobre sus restos. A pesar de este gesto, siempre quedó algo de vanidad; pues, la presencia de dicha tumba se indicó con una gran cruz colocada en la pared contigua y coronada por una inscripción con su nombre. 
Esta sería la versión laica de una antigua costumbre que realizaban, tanto eclesiásticos como hombres acaudalados, en los suelos de las iglesias y sus aledaños, la mayor parte temerosos de que, su comportamiento en vida, no hubiese sido todo lo satisfactorio que cabría esperar para el jefe celestial y, con esa muestra de humildad, pudiese alcanzar, finalmente, la vida eterna con más facilidad.

IV. FRANCISCO COLOMA SÁEZ Y BELÉN MARTÍNEZ PARRA.




FRANCISCO COLOMA SÁEZ (1836-1896).
La saga continúa con el primer hijo del matrimonio entre Antonio Coloma Gil y Antonia Sáez Sánchez: Francisco Coloma Sáez.

Contexto Histórico.
Francisco Coloma Sáez nació en 1836, tres años después de la muerte de Fernando VII.
Fueron los años en los que regresaron los militares, políticos y empresarios liberales, procedentes del exilio forzado durante la Década Ominosa, provocada por el calamitoso rey difunto, desde 1823.
La regente María Cristina (viuda de Fernando VII) y, posteriormente, su hija, la reina Isabel II, no tuvieron más remedio que pactar con los liberales para poder hacer frente al carlismo, partidarios del príncipe Carlos María Isidro (hermano de Fernando) y firme defensor de la ortodoxia absolutista.
Muy poco después, dentro del bando liberal se produjo una escisión entre los liberales progresistas, que apoyaban reformas rápidas, y los liberales moderados, que proponían reformas más pausadas. 
La facción moderada estuvo siempre apoyada por la Reina, causando la indignación de la progresista. Esto, unido a diversos escándalos de corrupción y mal gobierno, ocasionó un desprestigio de la monarquía borbónica.

Francisco Coloma Sáez nació en Almansa, el día 31 de enero del año 1836 y fue bautizado, el día siguiente (1 de febrero), en la iglesia de Santa María de la Asunción, con el nombre de Francisco María. Fueron padrinos sus tíos: Silvestre Martínez y Ana María Coloma Gil (hermana menor de su padre Antonio Coloma Gil).

Hermanos de Francisco Coloma Sáez.
Tuvo dos hermanos varones: Pedro y Antonio Coloma Sáez. Sabemos de la relación empresarial con su hermano Antonio; pero, no poseemos dato alguno de su hermano Pedro.
Pedro Coloma Sáez (hermano de Francisco).
Apenas disponemos de datos sobre este hermano de Francisco Coloma Sáez.
Nació en Almansa el día 28 de abril del año 1838, a las 12 del mediodía. La madrina del bautizo fue la abuela materna Ana Sánchez y, como testigo, figura Gabriel Gil y Gil, hermano de su abuela paterna.
Antonio Coloma Sáez (hermano de Francisco).
Antonio Coloma Sáez, segundo hijo de Antonio Coloma Gil, nació en Almansa el 4 de febrero del año 1842, a las 7 de la tarde, en la calle del Ángel nº 6 (posiblemente el domicilio de la abuela materna). Fue bautizado el día siguiente, siendo madrina del mismo la abuela materna Ana Sánchez y testigo su tío 2º José Sáez Sánchez. Le impusieron los nombres de: Antonio, José y Baltasar.
Sabemos que fue propietario de una tenería.
Por los datos obtenidos de los archivos de Almansa, en la década de los 70 del siglo XIX, su hermano Francisco comerciaba con las pieles preparadas en la tenería de Antonio, y ambos cotizaban, además, por una tienda de loza ordinaria.  
Disponemos de su árbol genealógico, proporcionado por un descendiente (ver árbol genealógico).
Casó, en primeras nupcias, con María Mejías y tuvo tres hijos: María Belén, Aurelio y Ernesto Coloma Mejías.
-María Belén Coloma Mejías casó con Adolfo Rey y tuvo un hijo: Ernesto Rey Coloma.
-Aurelio Coloma Mejías casó con Mercedes Fontcuberta y tuvo un hijo: Aurelio Coloma Fontcuberta, que, a su vez, casó con Amalia Millán con quien tuvo dos hijos: María Eugenia y José Coloma Millán. María Eugenia casó con Germán Flores, con el que tuvo a Gerard Flores Coloma.
-Ernesto Coloma Mejías, fue el tercer hijo de Antonio Coloma Sáez. No poseemos más datos sobre el mismo.






Antonio casó, en segundas nupcias, con Antonia Baeza. Disponemos del certificado de bautismo de su hija, Antonia Teodora Coloma Baeza, que nació el día 5 de abril del año 1873. Tres hermanos más se mencionan en las Actas Municipales: Ignacio, Martín y Antonio Coloma Baeza. Precisamente, por la inscripción de una finca realizada por este último, el 17 de agosto de 1901, podemos deducir que su padre, Antonio Coloma Sáez, debió de morir este año (ver árbol genealógico).
Pocas referencias más disponemos de la vida de Antonio Coloma Sáez, entre ellas, su nominación en la Junta Pericial para el Repartimiento de la Contribución Territorial de Almansa, del bienio 1872-1873, donde aparece en las Actas Municipales, en la 2ª terna, nombrada por el Ayuntamiento (A.M. 1-IV-1872). Precisamente, este año fue elegido alcalde su hermano Francisco.
En 1889, rondando ya los cincuenta, aparece, Antonio, en el padrón vecinal para formar la lista de electores. Figura en el primer colegio (sala Capitular), en el grupo de electores no elegibles, domiciliado en la calle Corredera y con una contribución de 3 pesetas y 11 céntimos.

Juventud y familia de Francisco Coloma Sáez.
De la infancia y juventud de Francisco carecemos de datos. Sólo existe una referencia con respecto a su escolarización; pues, a los once años, asistía a las clases del maestro Domingo Ibáñez Pradas, en la Escuela Normal de Instrucción Pública Primaria (ver capítulo de Antonio Coloma Gil [A.M. 23-IX-1847])
Suponemos que, ya durante su segunda década de vida, ayudaría a su padre en el taller artesanal familiar y allí comenzaría su instrucción en el negocio de fabricación de calzado.
Cumplidos los 21 años, Francisco casó en Almansa, en la iglesia de Santa María de la Asunción, el día 30 de junio de 1857, con Belén Martínez Parra.

Primera vivienda.
La primera vivienda familiar estaba ubicada en la calle del Cura, esquina con Virgen de Belén (anterior, calle Plaza), justo enfrente del callejón del Lavadero. La calle del Cura sería luego calle de El Progreso y, posteriormente, calle de Pablo Iglesias. Durante la Dictadura Franquista se denominó calle del general Aranda. 
Esta finca formó, junto con la del nº 7 de la calle Virgen de Belén, el complejo habitacional de los Coloma y, en este mismo inmueble, se estableció el segundo taller, en este caso ya de tipo industrial, de calzado de la familia.
Como ya hemos mencionado en el capítulo de Antonio Coloma Gil, el nº 7 de Virgen de Belén citado fue, inicialmente, propiedad de Juan Sáez Sánchez (hermano de su madre Antonia) y, posteriormente, la vivienda y taller artesanal de los padres de Francisco: Antonio Coloma Gil y Antonia Sáez Sánchez.
El matrimonio Coloma-Martínez tuvo cinco hijos que alcanzaron la edad adulta, todos nacidos en Almansa. 
-Aniceto (1859-1921).
-Herminio (1865-1942).
-Ernesto (1870-1938).
-Belén (1875-1950).
-Antonia (1878-1963).  

Aniceto Coloma Martínez.

Herminio Coloma Martínez.

 Ernesto Coloma Martínez.


Belén Coloma Martínez.
                                                                                                               
Antonia Coloma Martínez.
                                            

Los tres varones se dedicaron, desde muy jóvenes, al negocio familiar. Dirigidos por el hermano mayor, Aniceto, realizaban la labor de venta del producto, acudiendo periódicamente a los pueblos vecinos, utilizando un pequeño carro, donde trasportaban su mercancía.
Tras la muerte de su padre compraron los terrenos y construyeron la gran Fábrica familiar, que daría fama a los Coloma y a la ciudad durante la primera mitad del siglo XX.

BELÉN MARTÍNEZ PARRA (esposa de Francisco Coloma Sáez).
Belén nació en Almansa, entre los meses de enero y junio del año 1835.
Tenía 22 años (uno más que su marido) cuando casó con Francisco, el día 30 de junio de 1857.
Era mujer de carácter, pero sagaz.
Heredó la capacidad de trabajo de su madre Águeda y participó febrilmente en el desarrollo de la transición entre el antiguo taller artesanal de calzado, iniciado por su suegro Antonio Coloma Gil, y el taller industrial que desarrolló su esposo Francisco.
Tuvo una ascendencia potente sobre sus cinco hijos, que la temieron, respetaron y admiraron; especialmente en su etapa de viudedad, que duró casi 24 años, coincidiendo con el gran auge de la Fábrica.
Como ya comentamos en el capítulo de Antonio Coloma Gil, Belén comenzó su vida de casada residiendo en el complejo habitacional y laboral, iniciado por su suegro y ampliado por su marido, que ocupaba toda la esquina entre las calles Virgen de Belén y Progreso. Allí vivió hasta que casaron, en 1891, sus dos hijos mayores: Aniceto y Herminio Coloma Martínez. Este doble matrimonio hizo decidir a Belén un cambio de domicilio, trasladándose con sus hijos solteros (Ernesto, Belén y Antonia) al nº 30 de la calle Virgen de Belén, propiedad recientemente adquirida.
Tras la muerte de su esposo, en 1896, y los matrimonios de sus dos hijas, en 1899 y 1905, quedó habitando en esta casa, junto con su hijo Ernesto, único soltero, hasta que adquirió, en 1915, el inmueble contiguo (nº 32) y ambos moraron allí, hasta la muerte de Belén, el 5 de septiembre de 1919. 
No tenemos referencias públicas sobre Belén durante su etapa de casada. La primera que aparece en las Actas Municipales es bastante tardía, en 1897 (un año después de la muerte de Francisco), solicitando permiso para edificar una finca en la calle de San Juan (A.M. 10-III-1897).
También aparece dos años más tarde, 1899, registrando varias fincas adquiridas recientemente por ella y sus hijos (A.M. 25-II-1899).
Durante sus últimos 24 años de vida se convirtió en la matriarca del clan Coloma Martínez y pudo comprobar, con orgullo, cómo sus hijos creaban un descomunal emporio empresarial del calzado, que trascendió las fronteras manchega y española, convirtiéndose en el segundo europeo más potente del sector.
Belén Martínez Parra.
(Esposa de Francisco Coloma Sáez).

Belén espiritista.
Como curiosidad, acerca de Belén Martínez Parra, diremos que era experta y practicaba el espiritismo.
El movimiento espiritista se difundió rápidamente por Europa, durante la segunda mitad del siglo XIX. Resultaba muy interesante y atractivo entre la clase pudiente y, las personas que se autodenominaban expertas, causaban respeto y temor.
Doña Belén dirigía sesiones espiritistas frecuentes en su mansión de la calle del Progreso, pero más frecuentes, ya viuda, en la casa de la calle Virgen de Belén nº 30. Este hecho le otorgó un aura de misterio, reforzada por la circunstancia de tratarse de una de las personas más poderosas de Almansa y provincia.
Su futura nuera, Luz García Belmonte, siempre fue bastante supersticiosa y, desde que se enteró de que era espiritista, quedó aterrada. Este repelús lo mantuvo Luz durante toda su vida e intentaba no mirar hacia la gran fotografía de su suegra, que Ernesto colocó en su casa.
Aún acrecentó este temor el hecho de que, cuando trasladó los restos de sus suegros de lugar, en el cementerio de Almansa, Luz comprobó que el cuerpo de Belén se había momificado y permanecía incorrupto. 

Muerte de Belén.
Belén Martínez Parra murió el día 5 de septiembre del año 1919, a las 18 horas, en la casa nº 3 de la calle Virgen de Belén, según certificado de defunción, de artrosis-esclerosis. Debido al constante baile de numeración de las calles de Almansa, suponemos que la casa nº 3 se correspondería con la casa familiar de su hijo Aniceto, lugar al que se debió de trasladar Belén para pasar el final de sus días.
Tenía 84 años. Sobrevivió más de 23 años a su esposo Francisco Coloma Sáez.

Ancestros de Belén Martínez Parra (esposa de Francisco Coloma Sáez).
Belén Martínez Parra era hija de Francisco Martínez Propietario y de Águeda Parra Bonete.
Sus padres casaron en Almansa y tuvieron siete hijos, Belén fue la sexta y el resto se llamaron, por orden de edad: Josefa, Cornelio, Sebastián José, Mercedes, Dolores y Enrique.
De su padre, Francisco Martínez Propietario, no tenemos datos, la única referencia, que disponemos de él, es la de que ya había fallecido el día de la boda de su hija Belén, en 1857.

Águeda Parra Bonete (madre de Belén Martínez Parra y suegra de Francisco Coloma Sáez).
De la madre de Belén poseemos más datos, por ejemplo, que el padre de Águeda se llamaba Bernardo Parra, nacido en 1783, dato obtenido del Acta Municipal, donde aparece la mención de su solicitud para la exención del servicio de conducción de pliegos, alegando tener más de 60 años (A.M. 28-VII-1843).
Águeda Parra Bonete era carnicera. Nació alrededor del año 1805 y debió de morir cerca del año 1872, año en el que nos consta que aún vivía.
Parece que enviudó durante su cuarta década y, en vez de arredrarse, inició un vertiginoso proceso laboral, durante más de veinte años, logrando sacar brillantemente adelante a sus siete hijos.
En 1852, cuando Águeda debía de rondar los 45 años, aparece la primera mención sobre el negocio que regentó; pues, las Actas Municipales, aluden a José López Bonete (tío o primo de Águeda) como arrendatario del cuartito nº4 de venta de carne al por menor (A.M. 12-II-1852). Estos cuartitos eran 7 y estaban situados en la Plaza. Posteriormente, serían copropiedad de Águeda y Alfonso Cuenca García; desconocemos si hubo algún tipo de relación entre ambos, sí sabemos que su hija Belén fue vecina, pues Alfonso vivía en la calle Virgen de Belén nº 28, justo pared con pared con la casa que compró Belén en 1890. 
En las Actas de 1855 aparece un tal Pedro Parra (posible hermano de Águeda) que es nombrado sereno (A.M. 14-VIII-1855).
En 1859, el mismo tío o primo de Águeda, José López Bonete, solicitó permiso para hacer un cobertizo que proporcionase abrigo y comodidad a sus clientes. Pero no se le concedió (A.M. 17-I-1859).
Cinco años más tarde, en las Actas de 1864, hemos encontrado la siguiente exposición de Águeda Parra Bonete: de profesión carnicera, solicita que se le exima del impuesto de Consumos, por la manteca que extraiga fuera del término de la ciudad. El Ayuntamiento considera la petición improcedente (A.M. 21-III-1864).
En 1868, ya con la Revolución Gloriosa en marcha, aparece Águeda Parra Bonete, rondando los sesenta años, junto con Alfonso Cuenca García, como dueños en propiedad de los 7 cuartitos establecidos en la lonja de la Plaza, destinados a la venta de carne para el público, solicitando del Ayuntamiento permiso para realizar obras de acondicionamiento (A.M. 7-IX-1868).
Este mismo año entraron como concejales: Antonio Coloma Gil (consuegro de Águeda y padre de Francisco Coloma Sáez) y Sebastián Parra Bonete (hermano de Águeda) (A.M. 20-X-1868) y, el año siguiente, ambos formaron parte de la comisión encargada de revisar las cuentas del extinguido impuesto de Consumos (A.M. 1-I-1869).
Las Actas, de junio de ese mismo año (1869), expresan que, para favorecer las averiguaciones encaminadas a esclarecer la enajenación de las dehesas públicas, se formó una comisión municipal a la que pertenecía Sebastián Parra Bonete (A.M. 21-VI-1869).
Otra referencia a Águeda queda reflejada en el Acta de junio de 1870, en la que aparece una instancia suya sobre los perjuicios que se le irrogan a su casa, con el arbolado que a la misma está contiguo (A.M. 27-VI-1870).
En 1872, su hermano, Sebastián Parra Bonete, con domicilio en la calle Leal, continúa de concejal, cuando ya era alcalde su sobrino Francisco Coloma Sáez (A.M. 1-II-1872) y (A.M. 4-II-1872).
La última referencia que tenemos de Águeda Parra Bonete figura, este mismo año 1872, en el sorteo de vocales asociados entre las secciones, en el que aparece como vocal de los que pagan contribución industrial, con separación de los comerciantes, industria fabril, artes, oficios y profesiones (A.M. 14-IV-1872).

Hermanos de Belén Martínez Parra (ver cuadro genealógico).
Como ya dijimos, en el apartado “Ancestros de Belén Martínez Parra”, Belén fue la penúltima de siete hermanos (tres hombres y cuatro mujeres).
Si exceptuamos al menor, Enrique, que fue hombre destacado en la Almansa de su tiempo, del resto apenas tenemos dato alguno.
La primera mención, en las Actas Municipales, de los hermanos Martínez Parra, aparece en 1856, año en el que Sebastián José Martínez Parra, que estaría en la veintena de edad, se presentó para formar parte de la Milicia Nacional de la Compañía de Infantería de la ciudad de Almansa (A.M. 26-IV-1856).
No vuelve a haber mención alguna de los hermanos, con excepción de Enrique, hasta 1899, ya muerto el patriarca Francisco Coloma Sáez, cuando, Cornelio Martínez Parra, consta que ayudó a sus sobrinos Aniceto, Herminio y Ernesto Coloma Martínez, pagando los terrenos que se tenían que expropiar para facilitar el arranque de la gran Fábrica de Calzado (A.M. 11-XI-1899).
Ya hemos comentado que, Enrique Martínez Parra, el menor de los hermanos, merece mención especial.


Enrique Martínez Parra (hermano menor de Belén Martínez Parra, cuñado de Francisco Coloma Sáez)
La primera referencia que tenemos de él, es en el año 1880. Ante la renuncia del proveedor de carne y tocino del Hospital Municipal, el Ayuntamiento lo designó como sustituto (A.M. 1-IV-1880).
También aparece su nombre, en esta misma sesión, elegido por sorteo entre la 2ª clase de contribuyentes, por subsidio (A.M. 1-IV-1880).
En julio de este año, se realizó el sorteo por secciones de los asociados que, con el Ayuntamiento, habían de constituir la Junta Administrativa Municipal de presupuestos, arbitrios y cuentas locales. En la 4ª sección (contribuyentes por industrial de la 1ª a la 4ª tarifa), aparece Enrique Martínez Parra (A.M. 31-VII-1880).
La siguiente mención no se da hasta cinco años después, en 1885, para que se le abone, de fondos municipales, un suministro hecho al hospital de San Ildefonso (A.M. 14-II-1885).
Este mismo año, se le concedió la adjudicación de la subasta de Consumos (A.M. 7-VI-1885).
También consta que se le abonaron, 1389 pesetas con 90 céntimos, del capítulo del presupuesto de gastos por el encabezamiento de Consumos (A.M. 8-XI-1885).
En 1886, Enrique Martínez Parra arregló cuentas con el Consistorio, al haber concluido su periodo de arrendamiento de los derechos de Consumo y Recargos de la ciudad, durante el periodo 1885-1886.
Este año, junto con Antonio Ruano, Enrique solicitó, al Consistorio, edificar una bodega a la salida de la población, a la derecha de la carretera y lindando con la vereda que se titulaba de la Cruz Blanca (A.M. 23-X-1886).
Según figura en los datos del padrón vecinal de 1889, Enrique tenía, entonces, 40 años y residía en la calle Mendizábal. Su contribución este año era de 13 pesetas y 12 céntimos (A.M. 27-I-1889).
Así mismo, se aprobó el traspaso de arriendo de Consumos de Antonio Ruano a él (A.M. 24-II-1889) y; además, ganó el concurso de arrendamiento, por 3 años, de los derechos de Consumo por 318.011 pesetas (A.M. 19-V-1889). Acto seguido, solicitó hipotecar, a la garantía de dicho contrato, 6 fincas de diversos propietarios en sustitución de otras tantas, de igual cuantía, debido a problemas con los primeros avaladores. El Consistorio aceptó (A.M. 6-X-1889).
En 1890, aparece, Enrique Martínez Parra, entre los 60 mayores contribuyentes que, junto con los miembros del consistorio formaron la lista de electores para el Senado. Ahora ya contribuía por Territorial: 14 pesetas y 83 céntimos y por Industrial: 530 pesetas y 2 céntimos; total: 544 pesetas y 85 céntimos (A.M. 12-I-1890).
También se le adjudicó a Enrique, este año, la subasta para el derribo de la ermita de San José (A.M. 15-VI-1890) y el Ayuntamiento dio su aprobación (A.M. 24-VIII-1890).
En 1891, vuelve a aparecer su nombre, formando parte de la lista de los 60 mayores contribuyentes, electores de Compromisarios para Senadores. (A.M. 1-I-1891).
En febrero, traspasó el arriendo de Consumos, un año antes de concluir su mandato (A.M. 23-II-1891) y, en junio, fue elegido alcalde de Almansa (A.M. 1-VII-1891).
Su contribución en 1892 era: territorial de 14 pesetas y 80 céntimos e industrial de 653 pesetas con 40 céntimos (8º mayor contribuyente de la ciudad) (A.M. 1-I-1892). Vivía este año en la calle Corredera (A.M. 30-VIII-1892).
Su contribución en 1893 era: territorial de 35 pesetas con 53 céntimos e industrial de 594 pesetas. Seguía apareciendo como 8º mayor contribuyente (A.M. 1-I-1893).
Este mismo mes de enero, comenzó el proceso, contra su gestión, durante el periodo de arriendo de Consumos, que lo llevó de cabeza todo un lustro. Con fecha 20, el Gobernador firmó un auto declarando procesado a Enrique Martínez Parra, por abuso de autoridad y ordenando la suspensión del cargo que él ejercía, cesándolo en el puesto de alcalde (A.M. 29-I-1893). Pero, en marzo, le levantó la suspensión, encargándose de nuevo, de la jurisdicción, desde el día 16 de este mes (A.M. 26-III-1893). A pesar de lo cual, en agosto, el Juez de Instrucción declaró procesados y suspensos de sus cargos al alcalde Enrique Martínez Parra, a los tenientes de alcalde 1º y 2º, al regidor síndico y a 5 concejales. La mayor parte de los empleados del Ayuntamiento presentaron su renuncia (A.M. 13-VIII-1893).
En 1894, sigue figurando entre los mayores contribuyentes, aunque se mantiene su cese de alcalde y su procesamiento; el domicilio que figura vuelve a ser la calle Mendizábal y su contribución por territorial era de 34,23 pesetas, mientras que la contribución por Industrial era de 654 pesetas (A.M. 1-I-1894).
En marzo, se consignaron las irregularidades en el arriendo de Consumos de Enrique Martínez Parra y Francisco Sanz Sevilla en los ejercicios 89-90 y 91-92 y se reclamó el 10% que, el consistorio de entonces, rebajó al arrendatario (A.M. 10-III-1894).
En 1895, en la elección de los 68 mayores contribuyentes con casa abierta: Enrique Martínez Parra, con domicilio en la calle Mendizábal, figuraba en 7º lugar: cuota por urbana 29,13 ptas., cuota por rústica colonia y pecuaria 5,86 ptas., cuota por industria 654 ptas. (A.M. 1-I-1895).
En marzo, se abonó la cuenta, al registrador de la propiedad, por los gastos del trámite de libertad de cargas del embargo de fincas, a Enrique Martínez Parra y otros, por el asunto de Consumos (A.M. 30-III-1895) y, en julio, se comunicó el reintegro en sus puestos de concejales, debido a haber quedado absueltos de sus cargos. Se produjeron bastantes protestas (A.M. 18-VII-1895). El Gobernador confirmó el derecho de Enrique Martínez Parra para continuar de concejal (A.M. 27-VII-1895) y continuó (A.M. 4-IX-1895).
En 1896, se mantiene entre los 68 primeros contribuyentes (A.M. 1-I-1896).
En 1897 sigue de concejal (A.M. 1-VII-1897).
En 1898, la deuda al Ayuntamiento de los concejales implicados, en el caso de la mala gestión de Consumos, se rebajó de 12.500 pts. a 2.179 pts. (A.M. 6-VI-1898).
En 1899 y 1900 vuelve a ser concejal (A.M. 6-VII-1899) y (A.M. 11-I-1900) y, además, solicitó permiso para el establecimiento de una fábrica de cerámica y de serrería mecánica (A.M. 19-VII-1900).
En 1901 seguía de concejal, a pesar de contar ya con 65 años (A.M. 14-XII-1901).
Enrique Martínez Parra supuso un bastión importante para el impulso definitivo en el desarrollo del negocio del calzado en Almansa, que imprimieron, en primer lugar, su cuñado Francisco Coloma Sáez y, posteriormente, sus sobrinos: Aniceto, Herminio y Ernesto Coloma Martínez. 

Fase política de Francisco Coloma Sáez.
El nombre de Francisco Coloma Sáez aparece, bruscamente en la vida pública de Almansa, durante el Sexenio Democrático; tenía 33 años.
Como hemos narrado previamente, esta fase breve, aunque de intensa participación de Francisco en la política, fue sustentada por la presencia de su padre, Antonio Coloma Gil y de sus tíos Francisco y Mauro Coloma Gil, en el Ayuntamiento de Almansa, como concejales desde 1840 hasta la segunda caída de Espartero, en 1856. Toda esta presencia de la saga Coloma, en el ámbito municipal, coincidió siempre con periodos en los que la política nacional se inclinó por la vía liberal progresista, que es precisamente lo que ocurrió, en 1868, con la irrupción de la Revolución Gloriosa.

 Contexto Histórico.

*Revolución de 1868.
En el año 1868, una conjunción de partidos progresistas, dirigidos por los generales Serrano y Prim y el almirante Topete, dieron un golpe de Estado contra el régimen (“La Gloriosa”). 
Se trató de una revolución propiciada por la baja burguesía enfrentándose a la alta burguesía (aliada con la aristocracia) que, hasta ese momento, había sido la clase dirigente.
La revolución produjo grandes ilusiones y expectativas en la mayor parte de la ciudadanía y abrió un periodo denominado “Sexenio Democrático” (1868-1874). 
Este sexenio comenzó con la caída de la dinastía borbónica y el exilio de Isabel II; a continuación, se eligió una nueva casa reinante (Saboya), nombrando rey a Amadeo I y, por último, se instauró la República.

*Primera República. 
El último periodo del Sexenio Democrático comenzó con la proclamación de la I República, el 11 de febrero de 1873.
La República nació con unas Cortes en las que, la mayoría de los diputados pertenecían a partidos no republicanos. 
Además de ser minoría, los republicanos se encontraron con una escisión interna: los republicanos radicales, que deseaban una república no federal, sino unitaria, y los republicanos federalistas, que reclamaban una república federal inmediata.
Cuatro presidentes de la República se sucedieron en el breve lapso de un año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.

*El Cantonalismo.
La debilidad del régimen republicano provocó una enorme inestabilidad política.
En las elecciones de mayo de 1873 vencieron los federales y supuso la subida al poder de Pi y Margall. Este político (padre del federalismo español) sabía que la postura federalista no podía aplicarse de inmediato e insistió en redactar, cuanto antes, una constitución.
Los republicanos intransigentes no compartían esta actitud y alentaron desórdenes en la mayor parte del país, surgiendo el fenómeno cantonal.
El cantonalismo fue un sistema político que aspiraba a dividir el Estado en cantones independientes que, posteriormente se federarían libremente.
La insurrección se extendió por Andalucía, Levante, Extremadura y Castilla. Su triunfo fue acompañado por la proclamación del correspondiente cantón y por la destitución de las autoridades, que aún seguían fieles al poder central.
Pi y Margall fue acusado de ser responsable de la situación y dimitió. Le sucedió, el 18 de julio de 1873, Nicolás Salmerón, que recurrió a los generales Martínez Campos y Pavía para terminar con la insurrección.

A continuación, vamos a narrar los datos obtenidos de las Actas Municipales, referidos a Francisco Coloma Sáez, a lo largo de estos 6 años de política progresista.
El 19 de septiembre de 1868 comenzó la Revolución Septembrina o La Gloriosa, con deposición de la reina Isabel II y en octubre entraron, como concejales del nuevo Ayuntamiento de Almansa, su padre Antonio Coloma Gil y el hermano de su suegra Sebastián Parra Bonete (A.M. 20-X-1868).
Ya, en junio de 1869, Francisco Coloma Sáez fue nombrado miembro de la Junta Local de Instrucción Pública (A.M. 10-VI-1869).
En enero de 1870, formó parte de una comisión para inspeccionar las escuelas municipales. Su padre mantenía la concejalía (A.M. 31-I-1870).
Al final de este mismo año, se produjo el nacimiento de su tercer hijo, Ernesto Coloma Martínez, hecho trascendente, en nuestro caso, pues se trata del antepasado directo. 
Tras las elecciones del 15 de diciembre de 1871, fue elegido concejal Francisco Coloma Sáez.
Su propio padre, Antonio Coloma Gil, como concejal saliente, fue uno de los firmantes de la aprobación del acta de concejal de su hijo (A.M. I-1872).
El momento cumbre de la vida política de Francisco se produjo el 1 de febrero de 1872 cuando fue nombrado alcalde de Almansa. Ya no aparece en el Consistorio su padre Antonio Coloma Gil, aunque seguía presente el tío de su esposa, Sebastián Parra Bonete.

Texto del Acta Municipal (sic).
En la ciudad de Almansa, hoy primero de febrero de mil ochocientos setenta y dos, siendo la hora de las diez de la mañana, se constituye en la sala Capitular de sus Casas Consistoriales el Ayuntamiento que cesa […] los cuales fueron recibiendo cortésmente á los que van á reemplazarles como elegidos por el pueblo en sufragio universal por las elecciones que tuvieron efecto en los días seis y siguientes del mes de Diciembre próximo pasado en virtud de lo dispuesto por decreto de seis de mayo del próximo año ultimo y han de componer la Corporación en el bienio entrante a saber:
D. Francisco Coloma Sáez […]

Miembros del nuevo Consistorio.
Alcalde 1º Presidente: Francisco Coloma Sáez.
Teniente 1º: Andrés Sánchez Gómez.
Teniente 2º: Pedro José Rodríguez López.
Teniente 3º: Pascual Biosca Megías.
Regidor Síndico    1º: Antonio Martínez Caracena.
“                         2º: José Pascual Forte Megías.
“                         3º: Juan Antonio Navalón García.
“                         4º: José Hernández Tomás.
“                         5º: Gabriel Pérez Gascón.
Regidor               6º: Antonio Tomás Martínez.
“                         7º: Sebastián Parra Bonete. 
“                         8º: Pedro Polo Palau.
“                         9º: Francisco Hernández Bonete.
“                        10º: Marcos Antonio Blanco.
Regidor Interventor: Tomás Vizcaíno Navalón.
Secretario de la Corporación: José María Pérez.

El acta es firmada tanto por Francisco Coloma Sáez, nuevo alcalde como por su padre Antonio Coloma Gil, concejal saliente (A.M. 1-II-1872).

Elección del alcalde Francisco Coloma Sáez.
Firma de los concejales, entrantes y salientes en el Acta Municipal.

Francisco Coloma Sáez.
Alcalde de Almansa (1872).



Ejemplo del encabezamiento de dos Actas Municipales, realizadas durante el año 1873, 
en las que figura Francisco Coloma Sáez como Alcalde-Presidente.

Contexto Histórico.
Comienza la Tercera Guerra Carlista el 21 de abril de 1872.

Existen dos referencias, a propuestas específicas de Francisco, en las Actas Municipales de este primer año de alcalde: la primera, sobre el nombramiento de una comisión, presidida por él, para realizar un informe del arreglo judicial de la Audiencia, que había solicitado el colegio de abogados (A.M. 18-VII-1872); la segunda, hace mención al comienzo de la sementera y, la propuesta del alcalde, fue la de repartir, entre los labradores más necesitados, las existencias sobrantes en las paneras del pósito de esta ciudad (A.M. 29-IX-1872).

El Cantonalismo en Almansa.
A Francisco Coloma Sáez le tocó vivir una de las fases más convulso-pintorescas de la historia política de España. Dos formas conceptuales incompatibles, primero absolutistas y liberales, luego progresistas y moderados, más tarde republicanos unionistas y republicanos federales.
La I República se proclamó el día 11 de febrero de 1873, siendo alcalde de Almansa Francisco Coloma Sáez, con 38 años y padre de sus primeros tres hijos (Aniceto, Herminio y Ernesto).
Focos de cantonalismo en España.
(Rebelión Cantonal. Conflictos en la I República).

Las nuevas autoridades nacionales, no fiándose de la fidelidad de los altos mandos militares, crearon los Batallones de Voluntarios de la República. 
Siguiendo esta consigna, cuentan las crónicas de Almansa que, en sesión ordinaria del domingo 16 de febrero de 1873, el alcalde, Francisco Coloma, hizo presente a la Corporación de la necesidad de la formación de dicho Batallón.
Era su segundo año al frente de la alcaldía y se anunció la creación de este grupo armado, en cumplimiento del Decreto de 14 de febrero. El alcalde decidió anunciar este decreto al pueblo para, el que lo desease y tuviese más de 20 años, pudiese alistarse (A.M. 16-II-1873).
En marzo, se reunieron los cien miembros de la Compañía de Voluntarios de la República, compuesta por hombres de la ciudad, para elegir a sus jefes. Estos jefes fueron:
-Capitán: José María Pérez Rubio.
-Teniente: Andrés Sánchez Gómez. Se daba la circunstancia de que éste detentaba, en aquel momento, el cargo de teniente de alcalde y; además, era miembro de la logia masónica almanseña Rosa 171; su nombre en clave era Garibaldi. A esta logia pertenecían el alcalde Francisco Coloma Sáez y su padre Antonio Coloma Gil.
-Subteniente: Vicente San Juan (A.M. 9-III-1873).
En el verano estalló la Insurrección Cantonal y, Almansa, fue una de las ciudades que se unieron a ella, utilizando su Batallón, el día 19 de julio. 
El detonante fue la llegada a la ciudad del Batallón de Cazadores Mendigorría. 
Este batallón formaba parte de los grupos militares que recorrían las poblaciones, arengando a los vecinos para que se sublevasen contra la República. 
De esta forma, en Almansa, se produjeron: altercados, agresiones armadas, detenciones de oficiales y de tropa leales a la República, roturas de la vía férrea y destrozos e interceptación de las líneas telegráficas. 
En una nota insertada por el Gobernador Civil de Albacete, D. Pedro J. Miquel, en el Boletín Oficial de la Provincia, el mismo día 19 de julio de 1873, comunicó a toda la provincia que: […] la ciudad de Almansa se encuentra sublevada […] y, proclamándose republicano federal de convicción, esgrimía, además, una serie de argumentos para calmar a la población.
Pasó el día 19 y parecía que, tras el fracaso de la rebelión, todo volvería a su cauce. Desde el día 20 hasta el día 29 de julio, no hubo comentario alguno por parte de los miembros del Consistorio acerca de la rebelión (A.M. 20-VII-1873) y (A.M. 29-VII-1873).
Pero, ya el día 28 de julio, el gobernador había ordenado el cese de todos los miembros de la corporación municipal, incluido su alcalde, considerando que las autoridades municipales habían favorecido los disturbios en la población, hecho comprendido en la circunstancia 3ª del artículo 180 de la ley municipal.
Firma de Francisco Coloma Sáez.
(Actas Municipales de Almansa).
Esta orden no se leyó en el Consistorio hasta el día 5 de agosto de 1873, en sesión extraordinaria. 
Lo hizo el propio alcalde, Francisco Coloma Sáez:
[…] La Corporación era sabedora con anticipación de la sublevación del Batallón de Cazadores de Mendigorría, que se hallaba en Almansa, y no dio cuenta ni oficial ni oficiosa hasta después de consumado el hecho; que un Teniente de Alcalde y dos concejales se marcharon con los sublevados, que a varios oficiales y soldados que no quisieron pronunciarse se les hostilizó y persiguió con un nutrido fuego por los voluntarios de la ciudad […]
El 7 de agosto, el juez de Almansa, D. Pedro Martín de Soto, citó a declarar […] a todas las personas que presenciaron la rebelión contra el Gobierno y las Cortes Constituyentes, ocurrida en esta ciudad el 19 de julio próximo pasado, así como los hechos conexos […]
El 9 de agosto, los miembros del Ayuntamiento remitieron, acto seguido, la réplica a dichas acusaciones. 
1º. Porque el Ayuntamiento no tuvo noticia de tal sublevación hasta que fue un hecho consumado.
2º. Porque se ignora, que concejal alguno, haya marchado con los sublevados.
3º. Porque antes de acordar la suspensión no se ha oído a la parte acusada.
4º. Porque es incierto que los oficiales e individuos de tropa, que no quisieron pronunciarse, fueran perseguidos por los voluntarios con el nutrido fuego que se supone [sic].
El Ayuntamiento concluyó que, por el Señor Presidente, se dirigiera una comisión oficial, al Señor Gobernador, con la protesta en los términos indicados, ampliándola a cuanto condujera al verdadero aclaramiento de lo ocurrido, para lo cual quedaba perfectamente facultado (A.M. 9-VIII-1873).
Esta réplica no sirvió de nada, por lo que el alcalde y los concejales fueron destituidos de su cargo, así como los secretarios, el depositario de los fondos municipales y diversos cargos del hospital. El 11 de agosto se leyó el acta de toma de posesión del nuevo Ayuntamiento, nombrado por el Gobernador de la provincia. Presidió aún la sesión Francisco Coloma Sáez (alcalde suspenso) y Vicente Quílez Díaz fue nombrado alcalde entrante.
Luego llegaron, en cascada, las dimisiones y destituciones de cargos municipales, con los nombramientos de sus sustitutos (A.M. 11-VIII-1873).
General Martínez Campos.
(Federico Madrazo). 
El General Martínez Campos fue el encargado de pacificar las localidades que se habían unido al movimiento cantonal. 
Cuando entró en la ciudad de Almansa, el mismo día 11 de agosto, nadie le opuso resistencia. El nuevo alcalde de la Corporación Municipal, nombrada por el nuevo Gobernador (Vicente Quílez Díaz) propuso: […] pasar inmediatamente a ofrecer sus respetos al Excelentísimo Sr. General Martínez Campos que se halla en esta ciudad […]

Contexto Histórico.
Los últimos meses republicanos se corresponden con el gobierno de Emilio Castelar.
La I República terminó con el golpe de Estado de Pavía, el 3 de enero de 1874, dando comienzo a la República Unitaria (Dictadura del general Serrano).
El 29 de diciembre de este mismo año, se realizó el Pronunciamiento de Sagunto. Con él se puso definitivamente fin al efímero sueño republicano.

Francisco Coloma Sáez deja la política. 
Durante el año 1874, Francisco Coloma Sáez tuvo que sufrir una serie de reveses, provocados por la exhaustiva revisión de su gestión económica, durante el tiempo que dirigió la alcaldía (A.M. 8-XII-1874) y por alguna enemistad personal, como la de Vicente Quílez Díaz (que le sucedió en dicha alcaldía) impidiendo, por ejemplo, que realizase un negocio, consistente en arrendar al Ayuntamiento una de las propiedades municipales (A.M. 30-III-1874) y (A.M. 9-VI-1874). Este asunto le molestó sensiblemente e inició una serie de reclamaciones que resultaron inútiles (A.M. 4-VI-1874), (A.M. 11-VI-1874) y (A.M. 2-VII-1874).
Sabemos, además, por las Actas que, en octubre de este año, donó 100 reales para contribuir a la reparación del edificio que sirvió de Instituto de 2ª Enseñanza (A.M. 3-X-1874).
Desde muy joven, Francisco comenzó a trabajar el calzado en el taller artesanal de su padre.
De la primera década de casado, sólo tenemos datos de los nacimientos de sus tres primeros hijos. 
Con la treintena, como hemos narrado, comenzó su despertar político, coincidiendo con su afiliación a la masonería, junto con su padre, y el inicio del sexenio democrático.
Pero, tras el fracaso político, se lanzó de lleno hacia su auténtica profesión, el calzado.
Ya, en 1872, aparece el nombre de Francisco Coloma Sáez como propietario de un taller de calzado; así como, su hermano, Antonio Coloma Sáez, propietario de una tenería. Como ya comentamos en la biografía de Antonio Coloma Sáez, Francisco comerciaba con las pieles preparadas en la tenería de su hermano y ambos cotizaban, además, por una tienda de loza ordinaria. Es ésta la primera constancia escrita del taller de Francisco Coloma Sáez. 
Veintidós años después, en 1894, Francisco cotizaba por tres conceptos distintos: fábrica de curtidos, por su condición de zapatero y por la mencionada tienda de loza ordinaria. 
El primer taller industrial, regido por Francisco Coloma Sáez, estaba ubicado, como ya dijimos, en el complejo habitacional familiar, sito en la calle del Progreso nº 1 (esquina con la calle Virgen de Belén). 
En este complejo vivían: los padres de Francisco (Antonio Coloma Gil y Antonia Sáez Sánchez) y el propio Francisco Coloma Sáez con su esposa Belén Martínez Parra y sus hijos Aniceto, Herminio, Ernesto, Belén y Antonia Coloma Martínez. Desconocemos si, por la década de 1870, aún vivía, en este lugar, algún hermano de Francisco. 

Contexto Histórico.
El mes de enero de 1875, arribó a España Alfonso XII y fue proclamado rey por las Cortes.
El 20 de enero de 1876, se hicieron las primeras elecciones de la Restauración. Ganaron los conservadores de Cánovas del Castillo.
El 28 de febrero de este mismo año finalizó la Tercera Guerra Carlista.
El día 30 de junio, fue promulgada la Constitución de 1876, que se convertiría en la más longeva de nuestra historia, pues se mantuvo vigente hasta 1923 (47 años).
La Restauración supuso un periodo relativamente estable, coincidente con la revolución industrial y la preponderancia del liberalismo económico. A pesar de ello, se incrementó la desigualdad social, el latifundismo y el caciquismo.

Despegue industrial de Francisco Coloma Sáez.
Este creciente desarrollo industrial, que comenzó Francisco en el inicio de la década de los setenta, fue explosivo a partir de la segunda parte de esta década. Precisamente es, en 1875, cuando nació su cuarto vástago y primera hija: Belén Coloma Martínez.
Entre los años 1877 y 1887 se produjo en Almansa un incremento notable de población interrumpiéndose, de este modo, un largo periodo de emigración constante de ciudadanos almanseños.
Francisco Coloma Sáez fue promotor de uno de los primeros talleres industriales de calzado (completamente diferenciado del clásico taller artesanal), denominándolo “Fábricas de Curtidos y Calzados Francisco Coloma”. Tras su muerte, sus tres hijos varones, convirtieron el negocio, durante las primeras décadas de siglo XX, en una imponente fábrica de proyección europea.
En 1878 nació su segunda hija: Antonia Coloma Martínez. Era su quinto y último vástago.
Este mismo año, Francisco formó parte del grupo de contribuyentes asociados del Ayuntamiento, en la Junta Municipal para el año económico 1878-79 (A.M. 11-VIII-1878).
En diciembre, encabezó la comisión que solicitaba que, la multa impuesta a los integrantes del Consistorio del periodo 1872-1874, saliese de los fondos municipales del año corriente 1878 (A.M. 16-XII-1878).
Francisco Coloma Sáez.
El siguiente emplazamiento del taller industrial lo estableció, Francisco Coloma Sáez, alrededor de 1880, en un local mucho más amplio, contiguo del anterior, aproximándose a la desembocadura de la misma calle del Cura con la actual plaza del Rey Don Jaime (antes placeta del Cura), calle del Progreso nº 3, antiguo nº 5.
Fue adquirido definitivamente, según Escritura, en 1890, pero parece que lo alquiló, al menos, diez años antes, cuando el propietario lo acababa de construir, tras haber derribado la anterior finca.
Fue, ante el asombro que causó en Almansa la empresa allí instalada, junto con las modernas edificaciones de la calle del Cura, cuando ésta pasó a denominarse calle de El Progreso. El concejal Gascón González manifestó que, […] esta vía pública, marcaba un verdadero adelanto en las edificaciones y en el gusto arquitectónico con que estaban hechas, por cuya razón, sería oportuno sustituir este nombre por el de calle del Progreso, que le encuadra perfectamente […] La proposición fue aprobada por unanimidad (A.M. 28-VIII-1880).
La admiración de la ciudadanía, ante el moderno taller, era completa; pues, además de introducir, por primera vez, maquinaria sofisticada, la población comprobó cómo los trabajos contratados, que hasta entonces se habían efectuado por elección diaria, asumiendo el obrero el carácter eventual como algo natural, se convertían en permanentes y, ahora, acudían los trabajadores al taller, sin necesidad alguna de pujar por su labor, jornal a jornal. 
En esta misma sede se emplazaría, años más tarde, el Casino Artístico. 
La nueva situación laboral supuso, para la sociedad almanseña, un cambio cualitativo radical, debido a la posibilidad de traspasar trabajadores del sector primario al secundario.
Este segundo taller se denominó: “Fábrica de Curtidos y Calzados Coloma”.
Tras la muerte de Francisco, aún convivieron durante varios años el establecimiento de la calle de El Progreso con la gran Fábrica posterior (inaugurada en 1899), que ya abrieron los hijos de Francisco. 
Ya comentamos, que el primer taller creado por Antonio Coloma Gil en el nº 1 de la calle del Progreso, fue artesanal. Los dos siguientes fueron talleres industriales, aunque no se podían considerar, aún, como verdaderas fábricas, sino esencialmente conclusión del calzado y venta del mismo. A pesar de lo cual, el último emplazamiento, contaba ya con maquinaria moderna, similar a la existente en un recinto fabril. En él ya trabajó, desde su inicio, el hijo mayor, Aniceto; y, a lo largo de la década de los ochenta, se incorporaron los otros dos hijos varones: Herminio y Ernesto Coloma Martínez. Para sus tres hijos varones, este nuevo taller supuso su verdadera formación en el ámbito fabril del calzado.
Hay que tener en cuenta que, hasta aquellos años, el calzado se confeccionaba en casas particulares (como la actual economía sumergida). A estos particulares se les aportaba la materia prima y, una vez elaborado el producto, éste era recogido y abonado al particular; a continuación, se trasladaba al taller industrial donde se retocaba y se empaquetaba para, a continuación, ser distribuido por los pueblos vecinos o vendido en la propia localidad. Debido a esta circunstancia, el empresario no requería la posesión de un gran taller.
La cuestión es que, Francisco Coloma Sáez, ahora ya con la ayuda entusiasta de sus hijos, dio un impulso decisivo a su negocio durante la década de los ochenta de este siglo XIX.

Montaje fotográfico del padre y los tres hermanos varones.  
Realizado por Ernesto Coloma Martínez (hijo de Francisco Coloma Sáez), a imitación del fresco, deteriorado, realizado anteriormente para decorar el muro de la chimenea de su finca de Colmenares.

Entre 1881 y 1887 no existe dato alguno en las Actas Municipales que haga referencia a Francisco Coloma Sáez. El último en el que aparece su nombre es de diciembre de 1881, indicando que se leyó, en el Consistorio, una comunicación del Gobernador donde se citaban varios pueblos con cuentas al descubierto, en varios ejercicios. Uno de estos era Almansa, señalando, específicamente, los ejercicios: 1868-69 hasta 1873 (todo el Sexenio Democrático), 1875-76, 1878-79 y 1879-80. En los ejercicios: 1871-72 y 1872-73, aparecía Francisco Coloma Sáez como alcalde y responsable (A.M. 17-XII-1881).

Masonería (ver biografía de Antonio Coloma Gil).
También sabemos de Francisco, por las crónicas almanseñas, que perteneció a la masonería (como también lo hizo su padre Antonio Coloma Gil, así como la mayor parte de los liberales progresistas de la época). De hecho, en el año 1881 (con 46 años) ocupaba un destacado puesto de Tesorero en la logia almanseña Rosa nº 171, perteneciente al Gran Oriente de España; mientras que, en el mismo año, su hijo mayor (Aniceto Coloma Martínez, con 22 años) ocupaba el puesto de Maestro de Ceremonias en la misma logia.
Gobierno español provisional en 1869 (Sexenio Democrático).
De izq. a der.: Figuerola, Ruiz Zorrilla, Sagasta, Prim, Serrano, Topete, López de Ayala, Álvarez Lorenzana y Romero Ortiz.
Los tres masones de este gobierno eran: Ruiz Zorrilla, Sagasta y Prim.
(Foto de J. Laurent).

Esta pertenencia a la masonería proporcionó, a los industriales y comerciantes liberales españoles, grandes ventajas para realizar sus negocios; ya que, la colaboración entre correligionarios era prácticamente obligada. Es evidente que, en el caso de los Coloma decimonónicos de Almansa, esta afiliación daría resultados beneficiosos, especialmente a partir de la Restauración.
Los hijos de Aniceto (César, Rodolfo y Viriato Coloma Candel) fueron, asimismo, masones durante la Segunda República, pertenecientes a la logia Paz y Amor nº 8 del Grande Oriente Español. 
De hecho, en 1940, finalizada la Guerra Civil, los tres fueron encarcelados, en la purga de masones, llevada a cabo por el tribunal para la represión de la Masonería, creado por el régimen franquista.

Hechos destacables en Almansa entre 1878 y 1889.
La primera mitad del año 1878, estuvo marcada por la boda de Alfonso XII con su prima María de las Mercedes y el rápido fallecimiento de ésta, provocando, en sólo siete meses, el paso de los festejos de la población al duelo sincero de la misma. (A.M. 21-I-1878), (A.M. 24-VI-1878), (A.M. 1-VII-1878) y (A.M. 27-X-1878).
La sequía ya se había prolongado durante 4 años y en julio de 1879, en sesión extraordinaria, el alcalde expuso la gran miseria que sufría el pueblo, con ruina total de cereales, emigración forzosa y entrega obligada en manos de la usura. Recordó el consabido retraso del Consistorio con la Hacienda Pública y, también, narró los desastres precedentes: el pedrisco de 1876 y 1877, que echó a perder la escasa cosecha de cereal y uva y la helada del mes de mayo último, arrasando los escasos cultivos. Finalmente, se decidió solicitar la exención de las contribuciones: territorial, industrial y de consumo (A.M. 17-VII-1879).
Otra catástrofe, que afectó gravemente la economía de la ciudad, se produjo a mediados de los ochenta. Durante la noche del 4 hasta la mañana del 6 de noviembre del año 1884, una gran inundación convirtió, Almansa y la mayor parte de su término, en una inmensa laguna. Hundimiento total o parcial de más de 40 casas, la mayor parte de gente pobre. Infinidad de fincas rústicas quedaron reducidas a grandes ramblas, hubo numerosas retenciones de agua, cuyo desagüe se hizo muy difícil, y fuertes barros de arena que convirtieron, las anteriores tierras fértiles, en estériles. Las calles y caminos se hicieron intransitables con destrucción de las cañerías de las fuentes públicas. Se produjeron pérdidas en todos los ramos de la riqueza pública, de tal consideración, que hicieron resentirse no sólo a la clase proletaria, donde produjo gran miseria, sino hasta las clases acomodadas.
El Consistorio solicitó del Gobernador, y por ende del ministerio de Gobernación, una cantidad del fondo de calamidades públicas y perdón de la contribución territorial (A.M. 8-XI-1884).
En julio de 1885, aparecieron casos de cólera en la ciudad. El Consistorio dio las pautas preventivas de rigor; pero, el 2 de agosto, se declaró oficialmente la epidemia (A.M. 26-VII-1885) y (A.M. 2-VIII-1885). Ésta remitió los primeros días de septiembre (A.M. 6-IX-1885).  
Tras la muerte del rey Alfonso XII, el día 25 de noviembre, se sumió la población en un duelo sincero y la Corporación decidió enviar el pésame a la reina viuda y regente María Cristina (A.M. 29-XI-1885)

Contexto histórico.
El 24 de noviembre de 1885 murió Alfonso XII y comenzó el periodo de regencia de su esposa María Cristina de Austria.
Continuó, el fraudulento, turnismo político entre los conservadores de Cánovas y los liberales de Sagasta, que se mantendría hasta el asesinato de Cánovas en 1897.

En 1887, reaparece, el nombre de Francisco Coloma Sáez, en el sorteo de vocales para constituir la Junta Municipal Administrativa, en la Sección 4ª de Contribuyentes por Territorial, con domicilio en Virgen de Belén (A.M. 15-VIII-1887)
Calle Virgen de Belén (antes calle Plaza).
Al fondo: plaza de Santa María y torre de la Iglesia.
Los edificios de la derecha fueron los que irían adquiriendo sucesivamente: 
Francisco Coloma Sáez, su esposa Belén Martínez Parra y su hijo Ernesto Coloma Martínez.
(https://www.almansa.com/index.php/galeria/fotos-antiguas).

Este dato de residencia es importante, pues confirma que el matrimonio ya había realizado el cambio de domicilio desde la antigua casa familiar (calle de El Progreso nº 1) hasta el nº 30 de Virgen de Belén; se supone que para planificar las obras que, en la calle de El Progreso, darían acomodación, en un futuro próximo de cuatro años, a su hijo mayor Aniceto, que casó en 1891 y residió, a partir de entonces, en la misma.
El año 1889, tenía 52 años, resultó especialmente intenso para Francisco, sobre todo en el ámbito emocional. En enero aparece, en las Actas, entre los electores elegibles, tras la formación de las listas electorales para la renovación del Ayuntamiento en el bienio. Estas Actas confirman que residía en la calle Virgen de Belén y su contribución era de 33 pesetas y 33 céntimos (A.M. 27-I-1889).
Francisco fue nombrado, en marzo, miembro de la Junta de Consumo del periodo 1889-90, incluido en la 2ª de las 5 secciones formadas entre los contribuyentes elegidos (A.M. 10-III-1889).
También fue nombrado, este año, miembro de la Junta de Sanidad, como perteneciente al vecindario de la 3ª terna (A.M. 19-V-1889).
El día 4 de junio de 1889 murió su tío Mauro Coloma Gil (hermano de su padre Antonio). Tenía 82 años. Durante su treintena había participado en la política municipal como concejal; pero, desde que cumplió los 38 años, ya no volvió a intervenir políticamente (ver capítulo de Antonio Coloma Gil).
Seis meses después, el 21 de diciembre de 1889, falleció Antonio Coloma Gil (padre de Francisco Coloma Sáez), a los 73 años. Fueron dos duros golpes; ya que, ambos habían sido sus mentores políticos y su padre, además, maestro en el negocio, introductor en la logia masónica y referente familiar.

Adquisición inmobiliaria, de Francisco Coloma Sáez, en 1890.
Durante el año, 1890, Francisco compró un lote de cinco propiedades (dos urbanas y tres de tierras cultivables) a Julio Navalón García y a su madre María Antonia García García.
De las dos propiedades urbanas: la primera estaba ubicada en la calle Virgen de Belén nº 30 que, ya por entonces, era su vivienda familiar, al menos desde tres años antes y; la segunda, correspondía a la situada en la calle del Progreso nº 3 (antiguo nº 5), la cual constituía, desde hacía una década, la sede de su segundo taller industrial.

Datos del inmueble: calle Virgen de Belén nº 30 (antes nº16 de la calle Plaza).
-Escritura: 27 de noviembre de 1890.
-Propietario: Julio Navalón García, residente en Málaga. Actúa como apoderada su madre, María Antonia García García, vecina de Almansa, con residencia en calle Virgen de Belén nº 28. 
-Comprador. Francisco Coloma Sáez, de 54 años.
-Descripción (1890). Puerta de entrada, cocinilla francesa, una sala con alcoba, comedor, cocina, despensas, bodega, cuadra, pozo medianero con José González (hoy su heredero Blas Bonete González), cobertizo y corral en planta baja; dos salas con alcobas en el primer piso y tres cámaras en el segundo piso.
Ocupa un área de 4 metros de fachada por veinticuatro metros de fondo.
Linda al costado derecho entrando con la casa de Alfonso Cuenca García y hermanos y al izquierdo con las de los herederos de José González Vergara (Blas Bonete González) y a espaldas la fábrica de aguardiente de Pascual Biosca Mejías.

Tras el fallecimiento de Francisco en 1896, la finca nº 30 fue heredada por su esposa Belén Martínez Parra y, tras la muerte de ésta en 1919, la heredó su hijo Ernesto Coloma Martínez (escritura del 5 de noviembre de 1919).
Anteriormente, en 1915, también la finca colindante, nº 32 de Virgen de Belén, había sido adquirida por su viuda Belén y fue allí donde residió ésta, con su hijo Ernesto, aún soltero, hasta su muerte (por entonces, las dos hijas de Francisco ya habían casado: Antonia en 1899 y Belén en 1905).

Además de la finca antedicha, la otra propiedad urbana adquirida por Francisco, en 1890, fue la que ya ocupaba, desde hacía una década, su segundo taller industrial en la calle de El Progreso (posteriormente sería el Casino Artístico).

Datos del inmueble: calle del Progreso nº 3, antiguo nº 5 (2º taller).
-Escritura: 27 de noviembre de 1890.
Propietario: Julio Navalón García, residente en Málaga. Actúa como apoderada su madre, María Antonia García García, vecina de Almansa y con residencia en calle Virgen de Belén nº 28. 
-Comprador: Francisco Coloma Sáez, de 54 años.
Ubicación: Calle de El Progreso nº 3 de la Manzana nº 8.
Esta casa fue comprada, el 16 de abril de 1880, por Julio Navalón García y derribada.
En el solar, con puerta a la misma calle del El Progreso, se construyó un edificio lujosamente decorado.
Consta de cuatro pisos, piso bajo con puerta accesoria a la calle del Olmo, principal y piso segundo, sobre el cual hay un terrado o azotea.

Últimos años de Francisco Coloma Sáez.
Durante el año 1891, casaron los dos hijos mayores de Francisco Coloma Sáez: Aniceto (32 años) y Herminio Coloma Martínez (26 años) con Herminia Candel Flores y Dolores López Coloma, respectivamente.
Aniceto fijó su residencia familiar en la casa paterna (nº 1, antiguo nº 3, de la calle del Progreso). Su hermano Herminio se construyó un magnífico caserón, que ocupó la esquina entre las calles Virgen de Belén y Lavadero (enfrente de la de su hermano). 
Como hemos comentado, a pesar del desarrollo industrial, favorecido por la estabilidad política del fraudulento turnismo entre conservadores y liberales, que acomodaba a la clase empresarial, la calidad de vida de los campesinos era pésima. Prueba de ello fue la rebelión del vecindario almanseño del día 29 de julio de 1892, causada por la miseria en que se encontraban los ciudadanos, debido a las malas cosechas y los elevados precios de los productos básicos.
El Gobernador reclamó, al Consistorio, explicación sobre las causas determinantes de este hecho y prometió elevar al Gobierno sus quejas, siempre que antes cediese la rebelión (A.M. 31-VII-1892).
Retornada la calma, sin desgracia alguna, el Ayuntamiento decidió suspender el contrato de arrendamiento de Consumos del periodo comprendido entre los años 1892 y 1895 y que se cubriese, su importe, por medio del reparto vecinal. Como esto supondría una grave alteración en la administración municipal, el Consistorio rogó al Gobierno que fuese indulgente con los pagos al Tesoro (A.M. 1-VIII-1892).
La penuria económica sufrida por la población campesina contrastaba fríamente con la bonanza de los empresarios; así, los dos últimos años de vida de Francisco lo sitúan entre los máximos contribuyentes de la ciudad. En 1894 aparece Francisco Coloma en el puesto nº45 de mayores contribuyentes, con una contribución por territorial de 97,16 pesetas y una contribución por industrial de 105,60 pesetas (A.M. 1-I-1894) y en 1895, ya figura en el puesto 29 con una cuota por urbana de 134,61 ptas., una cuota por rústica colonia y pecuaria de 21,96 ptas. y una cuota por industria de 145,62 ptas. (A.M. 1-I-1895).
El 23 de julio de este año 1895, nació su tercer nieto, Rodolfo Coloma Candel.

La luz eléctrica.
Pudo ver, disfrutar y admirar Francisco, al final de su vida, la electrificación de su amada ciudad.
A partir de 1894, se produjo en Almansa otro de los acontecimientos que, junto con la llegada del ferrocarril y del agua potable, marcarían el definitivo despegue industrial y social de la ciudad: la luz eléctrica.
En febrero, se solicitó una comisión para la instalación del alumbrado eléctrico en la ciudad, por parte de José María Galiano Paca y Antonio Sandarán Arques (A.M. 10-II-1894).
Se concedió dicho permiso, a los citados, para instalarlo por medio de un motor hidráulico (A.M. 17-II-1894).
Pocos días más tarde, se presentó, un tal Eleuterio Esteve Blasco, con una oferta para el alumbrado eléctrico, más provechosa para la ciudad que la anterior; por lo que, el Consistorio la aprobó y juntó con la oferta anterior (A.M. 24-II-1894).
En junio, la Sociedad del Alumbrado Eléctrico solicitó aprovechar, la Torre del Reloj, como punto de distribución, cosa que obtuvo de la Corporación (A.M. 30-VI-1894).
En diciembre se indicó, desde el Consistorio, al presidente de la Sociedad del Alumbrado Eléctrico, que cumpliese con el compromiso de mantener el servicio, desde la puesta de sol hasta las 2 de la madrugada (A.M. 29-XII-1894).
Por fin, es en febrero de 1895, cuando se decidió, definitivamente, sustituir el alumbrado público, hasta entonces basado en el petróleo, por el eléctrico (A.M. 2-III-1895) y se ordenó la instalación, por cuenta de la Corporación, de 150 soportes y reflectores, con sus portalámparas, necesarios para las luces eléctricas que se tenían que instalar en la ciudad (A.M. 9-III-1895).
La Sociedad del Alumbrado Eléctrico solicitó en mayo una prórroga, hasta julio, para instalar las 150 luces acordadas, debido a la ausencia de material en España y tener que recurrir al extranjero (A.M. 3-V-1895).
Fueron significativas las iluminaciones del Paseo o Glorieta de San Francisco (A.M. 8-VI-1895) y el lavadero público (A.M. 18-VII-1895).
Almansa ya tenía luz eléctrica.

Muerte de Francisco Coloma Sáez.
Francisco Coloma Sáez murió en Almansa, el día 31 de enero del año 1896, tenía 60 años.
Curiosamente, el deceso se produjo el mismo día y mes que los de su propio nacimiento.
El sepelio se realizó en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Fue enterrado en el Cementerio de Almansa al día siguiente (1 de febrero de 1896).
Su esposa Belén aún le sobrevivió 23 años, en los que siguió residiendo en Almansa, compartiendo vivienda con sus todavía hijos solteros (Ernesto, Belén y Antonia). 
Desconocemos cuál fue la primera ubicación que ocuparon, primero Francisco y luego Belén, en el cementerio almanseño; pero, en 1938, al morir su hijo Ernesto Coloma Martínez, su esposa, Luz García Belmonte, trasladó los restos de ambos al nicho de 1ª clase, nº 50-3ª fila de la calle C, nicho adquirido por ella este mismo año. 
Tras la muerte de Luz, en 1991, de nuevo fueron trasladados, esta vez, al nicho nº 59-1ª fila de la calle H, junto con las cenizas de Luz.

IV. EPÍLOGO.

La Fábrica.

Contexto Histórico.
Los últimos años del siglo XIX estuvieron marcados por el asesinato de Cánovas del Castillo y por el desenlace de las guerras de Cuba y Filipinas, con la derrota española.
El día 10 de diciembre de 1898, se firmó el Tratado de París, que produjo las pérdidas de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.
El 12 de febrero de 1899, se firmó el Tratado Germano-Español, con el que se convenía la venta, de España a Alemania, de sus últimas posesiones en Oceanía: Marianas, Carolinas y Palaos.

Fábrica de los Hermanos Coloma Martínez.
(Fotografía de 1910).
Los desastrosos hechos históricos, que sufrió el País, no amilanaron el espíritu emprendedor de los tres hijos varones de Francisco Coloma Sáez: Aniceto, Herminio y Ernesto Coloma Martínez.
El 8 de julio de 1897, los tres hermanos compraron el antiguo cuartel de caballería, del siglo XVIII, llamado el Cuartel Viejo, junto con otros terrenos colindantes, con la inestimable ayuda de sus tíos Enrique y Cornelio Martínez Parra (hermanos de su madre).
Inicialmente, el antiguo cuartel de caballería, sólo dedicaba útil una pequeña parte del mismo, que se usaba como posada. 
Fue aquí donde erigieron su nueva fábrica.
Lindaba por el norte con la actual calle de Camilo José Cela, por el este con la avenida de Ayora, por el sur con la plaza de San Roque y por el oeste con la actual calle del Maestro Justo Más.

Hermanos Coloma Martínez.













 



Aniceto Coloma Martínez.
Herminio Coloma Martínez.


















Ernesto Coloma Martínez.


Datos del Registro de la Propiedad, en referencia de la nueva fábrica.
[…] En la inscripción 18: edificio casa-cuartel, hoy fábrica de calzado sito en calle San Sebastián o plaza de San Roque, que la compran en 1899 los hermanos Aniceto, Herminio y Ernesto Coloma Martínez a Eduardo Soldevilla Borrax. Se constituyó la Sociedad de Hijos de Francisco Coloma, objeto: la fabricación de calzado y curtidos, vale 211.569 pesetas con 40 céntimos de las que corresponden 80.757 y tres céntimos al socio don Aniceto; 68.752 pesetas con 77 céntimos al socio don Herminio y 62.059 pesetas con 64 céntimos al socio don Ernesto.
[…] Ocupa la fábrica una superficie total de 22.860 m2. La finca descrita se ha formado por la agrupación del edificio y trozos de terreno colindantes siguientes:
-El edificio llamado cuartel antes destinado a posada y portazgo, de 6.650 metros superficiales.
-Un solar sito junto al cuartel viejo de 3.500 m2.
-Otro trozo de tierra de 2.043 m2.
-Otro solar de 2.300 m2.
-Un trozo de tierra de 8.367 m2.

Con gran tesón y habilidad, los hermanos, Coloma Martínez, lograron levantar un emporio fabril, jamás soñado por estos lares.
Así comienza la siguiente historia “Ancestros Coloma de Almansa en la España del siglo XX”.

Fábrica de los Hermanos Coloma Martínez.
(Dibujo propagandístico).
(Archivo particular de Ernesto Coloma García, nieto de Francisco Coloma Sáez).


FUENTES.

-María José Sánchez Uribelarrea (Directora del A.H.M.A. Archivo Histórico Municipal de Almansa).

-Luz Coloma Sendra. 7ª generación de Mauro Coloma.
Labores de investigación documental y acceso al archivo particular de su padre (Ernesto Coloma García). 

-Archivo particular de Ernesto Coloma García (hijo de Ernesto Coloma Martínez).

-Archivo particular de María Elena Coloma Alarcón (hija de Viriato Coloma Candel).

-Francisco Alonso Salas. Acceso a certificados eclesiásticos.

-Belén Cuenca Delgado. Historiadora del Arte. 8ª generación de Mauro Coloma.
Labores de investigación documental.

-Transmisión oral y/o escrita de los hermanos Coloma García (Francisco, Belén, Ernesto, Luz, Antonia, María Luisa y José Luis, hijos de Ernesto Coloma Martínez).

-Transmisión oral y/o escrita de los miembros de las familias: Coloma Colomer, Delgado Coloma, Coloma Sendra, Nácher Coloma, Gómez Coloma, Marqués Coloma, Coloma Díaz y Coloma Muñoz (nietos de Ernesto Coloma Martínez).

-Real cédula de su Majestad de 8 de mayo de 1781, concediendo por punto general gracias, franquicias y privilegios á favor de todas las Fábricas de Curtidos del Reyno.

-Tejidos y calzado. La Grana. F. López Megías, M. J. Ortiz López.

-Orígenes de la industria del calzado en Almansa. El caso de la familia Coloma. Jesús Gómez Cortés, Rafael Piqueras García y María J. Sánchez Uribelarrea (1983).

-Calzados Coloma. Empresa pionera del fordismo español (Almansa, 1900–1936). Aurora Galán Carretero (2014).

-Historias de leyenda: La fábrica de los Coloma. El primer centro tecnológico del calzado en Almansa. Gómez Cortés (2005).

-La industria del calzado en Almansa: de los orígenes a la industria sumergida. Cuadernos de Estudios Locales. Almansa: Ediciones Asociación Torre Grande, 1990, II época, nº 9. F.J. García Martínez.

-El imperio de los Coloma. 
Texto extraído del documental: “Memorias de Almansa”, ofrecido por Televisión Almansa, en 2008.

-Historia de Almansa.
José Pérez y Ruiz de Alarcón.

-La Masonería en Albacete a finales del siglo XIX. 
Albacete: Instituto de Estudios Albacetenses. Serie Ensayos Históricos y Científicos, 1988, nº35. J.A. Ayala.
 
-Masonería y Política. 
Albacete 1928-1933.
Manuel Requena Gallego.

-El cantonalismo en Almansa. 
José Ibáñez González.

-Insurrección Cantonal en Almansa.
Arráez Gonzalo, J. 

-Historia de España Siglo XIX.
Bahamonde, A.: Madrid, Cátedra, 1994.

-Imágenes de un pasado (1870-1936). 
Vilavert Guillén, F. Piqueras, R. Almansa. 
Almansa, Institutos de Estudios Albacetenses, 1985.

-La Tinta de Almansa, el periódico digital de Almansa. 

-https://es.wikipedia.org › wiki › Wikipedia

-Antiguas - Almansa
https://almansa.com/index.php/fiestas/fotos/antiguas 

-Certificado de bautismo de Antonio José Miguel Coloma Gil (1816).

-Certificado de matrimonio de Antonio Coloma Gil (1835).

-Certificado de defunción de Antonio Coloma Gil (1889).

-Certificado de sepultura de Antonio Coloma Gil (1889).

-Certificado de defunción de Mauro Coloma Gil (1889).

-Certificado de nacimiento de Francisco Coloma Sáez (1836).

-Certificado de matrimonio de Francisco Coloma Sáez (1857).

-Certificado de defunción de Francisco Coloma Sáez (1896).

-Certificado de nacimiento de Ernesto Coloma Martínez (1870).

-Certificado de defunción de Ernesto Coloma Martínez (1938).

-Testamento de Belén Martínez Parra (1919).

-Escritura de la casa ubicada en la calle Virgen de Belén nº 30 (1899).

-Escritura de la casa ubicada en la calle Virgen de Belén nº 32 (1915).

-Escritura de la casa ubicada en la calle Virgen de Belén nº 34 (1919).

-Testamento de Ernesto Coloma Martínez (1932).

-Registro de la propiedad de la casa ubicada en la calle Virgen de Belén nº 32 moderno (1958).

-Fondos Municipales. Carta de pago. Cementerio de Almansa. Compra del nicho 203 del Ensanche por parte de Ernesto Coloma Martínez (4 de marzo de 1926).

-Fondos Municipales. Carta de pago. Cementerio de Almansa. Compra del nicho calle C nº 52 clase 1ª, por parte de Luz García Belmonte (24 de agosto de 1938).

-Fondos Municipales. Carta de pago. Cementerio de Almansa. Compra del nicho calle C nº 51 clase 1ª, por parte de Luz García Belmonte (24 de agosto de 1938).

-Fondos Municipales. Carta de pago. Cementerio de Almansa. Compra del nicho calle C nº 50 clase 1ª, por parte de Luz García Belmonte (24 de agosto de 1938).

-Fondos Municipales. Carta de pago. Cementerio de Almansa. Compra del nicho calle C nº 49 clase 1ª, por parte de Luz García Belmonte (24 de agosto de 1938).

-Certificado del Decreto Municipal nº 227, para traslado de restos mortales al nicho nº 59, 1ª fila, calle H, de Ernesto Coloma Martínez, Francisco Coloma Sáez, Belén Martínez Parra y Luz García Belmonte (25 de febrero de 1991).

-Certificado de Bautismo de Ana Mª Belén Sáez Sánchez (1816).

-Certificado de Bautismo de Ana Mª Coloma Gil (1804).

-Certificado de Bautismo de Ana Teodora Coloma Baeza (1873).

-Certificado de Bautismo de Antonio Coloma Arráez (1854).

-Certificado de Bautismo de Antonio Pascual Concepción Coloma Pérez (1819).

-Certificado de Bautismo de Dionisio Coloma García (1849).

-Certificado de Bautismo de Francisca María Coloma Gil (1805).

-Certificado de Bautismo de Francisco Antonio Martínez Coloma (1837).

-Certificado de Bautismo de Francisco Pascual Coloma Pérez (1821).

-Certificado de Bautismo de Josefa Coloma González (1804).

-Certificado de Bautismo de Juan Antonio Sáez Sánchez (1817).

-Certificado de Bautismo de Juan Antonio Sáez Sánchez (1820).

-Certificado de Bautismo de María Francisca Coloma Gil (1802).

-Certificado de Bautismo de María Antonia Pascuala Coloma Pérez (1823).

-Certificado de Bautismo de María Antonia Sáez Sánchez (1820).

-Certificado de Bautismo de Mauro Antonio Coloma Pérez (1825).

-Certificado de Bautismo de Mauro Coloma Gil (1808).

-Certificado de Bautismo de Mauro José Coloma González (1800).

-Certificado de Bautismo de Mauro Megías Coloma (1853).

-Certificado de Bautismo de Pedro Sáez Sánchez (1823).

-Certificado de Nacimiento de Pedro Coloma Sáez (1838).

-Certificado de Nacimiento de Antonio Coloma Sáez (1842).